¿Y quién va a vigilar la transparencia?
El Congreso del Estado analiza la propuesta del ejecutivo estatal para desaparecer el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de Tamaulipas (ITAIT), tal como ocurrió a nivel nacional.
El ITAIT es un órgano autónomo que, aunque ha figurado poco, cumple una función importantísima, garantizar el derecho de los ciudadanos a saber qué se hace con el dinero público y cómo se toman las decisiones en el gobierno.
Con la desaparición del ITAIT, sus funciones pasarían a la Contraloría del Estado, una dependencia que depende directamente del Ejecutivo; y aunque desde el gobierno se asegura que no se afectará el derecho a la información, lo cierto es que se pierde un contrapeso muy importante.
Tener un instituto independiente permite que cualquier ciudadano, periodista o activista pueda exigir información sin toparse con pared. También protege nuestros datos personales y obliga a los servidores públicos a rendir cuentas. Sin él, el riesgo es que la transparencia se convierta en una promesa más.
Desaparecer al ITAIT significa poner en pausa años de avances en rendición de cuentas. Se pierde especialización y se debilita la vigilancia ciudadana, y aunque insisten en que todo seguirá funcionando igual, será complicado que la Contraloría, siendo juez y parte, garantice con la misma fuerza los derechos que protegía el ITAIT.
La propuesta está hecha y, siendo realistas, es un hecho que se va a aprobar en el Congreso, por eso es fundamental que, como lo aseguró la contralora en entrevista, se garantice plenamente el acceso a la información de ciudadanos, periodistas, activistas y cualquier persona interesada en saber qué hace su gobierno.
Más allá de promesas, los legisladores deberían hacer lo suyo, poner candados en la ley para asegurar que esta garantía no dependa de la buena voluntad, sino que sea una obligación clara para los tres poderes y los órganos públicos, porque hoy son ellos pero después vendrán otros que pudieran no estar comprometidos con la transparencia y rendición de cuentas.
¿No cree usted?
Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales…