Cuando la vida te ofrezca sinsabores, pinta la ocasión de mil colores, que lo amargo, no te llene de rencores, que lo gris, no te llene de temores, que el tiempo no confirme tus errores, que la luz del Padre te guíe siempre hacia tus amores.

LA LUZ DEL PADRE

Para dejar atrás toda la amargura,

sea tu despertar, en el suave alegre

de una cama que te ofrece con frescura

el manantial de la naturaleza verde.

Tanta dicha y regocijo de locura

apagando está tu cuerpo que arde,

regresando a ti la dulce tesitura,

de la jovialidad, de la que hiciste alarde.

Recuperada así de tu alma la hermosura

¿Cuáles arrugas de tu piel de hojaldre?

tu espíritu yace libre en la espesura,

olvidando que tu vida fue cobarde.

Enfrenta ahora, guerrero, con bravura,

tus miedos antes de que sea tarde,

mantén el equilibrio y la cordura,

iluminado por la luz de nuestro Padre.

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