El amor más grande, es de Aquel que dio su vida para salvarnos del pecado, Él me enseñó a amarte, como sólo se puede amar, por eso, no debes preguntarte si te amo de verdad, sólo déjame llevarte al paraíso, para obsequiarte lo que Él me ha enseñado, para conducirnos a la eternidad.
Soñando por tu amor
Mira, dormir no puedo si no estás junto a mí,
y cuando logro cerrar mis ojos, suave y ligero,
a Dios ruego soñar contigo para sentirte aquí.
Pero quiero soñar en el amor puro y sincero,
el que diera a nuestra vida la razón de estar así,
diciéndonos siempre de corazón: sí, te quiero.
Quiero soñarte como cuando tu amor consentí,
cuando siendo niños nos dimos el sí verdadero,
cuando supe que siempre serías sólo para mí.
Porque un amor así, que es único y primero,
limpio y cristalino, es el que siempre pretendí,
y forjé con la ilusión de mi espíritu alfarero.
Tus ojos divinos, fueron el libro donde aprendí
a liberar mis emociones y dejar de ser austero,
para disfrutar la vida con un amor en frenesí.
Soñar sólo en ti, se lo pido al Divino Carpintero,
y sea mi cruz, labrada por amor y pasión por ti,
y por Jesús, entregado por amor, como cordero.
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