A la mujer que amo
A la mujer que amo, le hablo con manifiesta sinceridad,
no escondo secreto alguno, que por lo muy inoportuno
le pueda causar tristeza, llanto y le genere calamidad,
porque el amor que por ella siento, no es como ninguno.
A la mujer que amo, le digo con gentileza y toda claridad,
que hombre soy digno de confiar y no por ello lo presumo,
privilegiando valores como el respeto y sincera humildad,
negar la pasión no puedo, porque en su fuego me consumo.
A la mujer que amo, le doy mi luz entera y no la oscuridad,
porque a su belleza y su noble corazón, mi gran amor se une,
para poder merecerla y lograr la añorada y dichosa felicidad,
y ser felices en comunión, y con la divina paz que nos reúne.
A la mujer que amo, le hablo como siempre, con la verdad,
perfecto no soy, humano sí, al pecado quisiera ser inmune,
y alcanzar el reino de Dios para no quedar en la orfandad,
al perder su amor y no poder vencer el dolor que me consume.
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