Plegaria

Quién mejor que Tú, sabe lo que pasará hoy y pasará mañana;

quién, que, siendo culpable de ocasión por obra u omisión,

se muestra asombrado por la transformación de la raza humana.

 

Señor, ya no basta pedirte perdón por fallar en la vital misión

de ayudar a salvar el alma, de quien del mal se ufana.

Padre, cuánto habremos de padecer por no aprender la lección,

para tener conciencia del amor, para no confundir el árbol, con su rama,

porque el que ama, no peca por amor, sino por confundir el corazón

y amar de forma extraña, amando más al cuerpo que a el espíritu, que de ti divinamente emana.

Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, ten compasión,

no nos abandones a nuestra suerte por amar en forma vana,

protégenos de la muerte, obséquianos generosamente la redención,

para regresar con ello a tu rebaño ¡Oh mi Buen Pastor!  ¡Mi buen Dios, mi anhelada hosanna!

Jesús, bendito y sabio, por los siglos de los siglos te asiste la razón,

líbranos de todo mal, de caer en la tentación y de toda condición profana.

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