A la pregunta ¿Cómo pasó su Noche Buena? , la mayoría de los mexicanos nos dirán: “bien, en familia y cenando; esa noche, no quisimos preocuparnos por otra cosa que no fuera la de convivir alegremente y en tener suficiente aguante para darle fin a la cena y las bebidas”.

Algunos rieron de más, otros lloraron, otros discutieron y seguramente hubo quien peleara una vez que el efecto de las bebidas espirituosas relajó su prudencia y dejaron salir los resentimientos y los reproches.

Algunos amanecieron en el hospital, otros lamentablemente en la funeraria, algunos aún no se han dado cuenta de que ya pasó su Noche Buena y le siguen derecho hasta el fin de año.

Entre alegría y tristeza, muchos seres humanos de nuestro amado país y del mundo, guardamos una energía vital para derrocharla en una fecha tan especial y despertamos a una realidad con un deseo ferviente de CAMBIAR; sin duda que el o los cambios siempre van en un sentido positivo, todos queremos ser mejores personas, mejores padres, mejores hijos, mejores hermanos, mejores compañeros de trabajo, mejores servidores públicos, mejores políticos, mejores empresarios.

Estamos a punto de llegar a la recta final, un nuevo año se asoma y quisiéramos que todas las bendiciones de Dios cayeran en nuestro ser, en nuestra familia, en nuestra empresa, en nuestro ambiente, en nuestra patria.

Si nos acordamos en algún momento previo a la deliciosa cena, de hacer una oración, seguramente le pedimos al Creador que llegue pronto la recuperación económica a nuestro país y con ella la creación de más y mejores empleos, que cesen las hostilidades entre el crimen organizado y las instituciones de seguridad pública, que se restablezca la paz y la tranquilidad en las calles, que se erradique para siempre el peligro de la influenza y el dengue, que disminuyan los casos de cáncer, de sida, de desnutrición, de embarazos no deseados y de abortos criminales y que se despeje la terrible confusión sobre la necesidad de sentirse amado y la distorsión ocasionada por la tendencia a unir a las parejas del mismo sexo; que se llegue a un acuerdo definitivo y contundente para frenar todo aquello que está condicionando el cambio climático y amenaza con poner fin a nuestro planeta.

Sí, seguramente que en Noche Buena, nos acordamos de dar gracias a Dios por haber sorteado todos los retos de un año sumamente difícil para México y el Mundo.

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