Me preguntaba un amigo ¿Eres sensible? Y sin pensarlo tanto le respondí: Sí, lo soy. Después continuó diciendo: ¿Y eso es bueno o es malo? Le respondí: para mí, es la única forma de saber de qué estoy hecho, esto, porque sólo conociendo la esencia de mi ser, puedo explicarme por qué existe en mí la capacidad de responder emocionalmente a las experiencias ricas en armonía que vibran, iluminan o estimulan mis sentidos, tales como la música, la poesía y otras artes.
Pienso que de una forma u otra, todos somos sensibles a estímulos extraordinarios que provienen, ya sea de una pieza musical ejecutada magistralmente por una orquesta de cámara, una sinfónica, una filarmónica, o por grupos vocales, bandas y orquestas de otros géneros; así como de las lecturas de composiciones literarias, como la poesía, donde se evidencia la sensibilidad, al comprender y conmoverse por las reflexiones, emociones y pensamientos que se expresan por los autores en las bellas letras como la poesía.
En ocasiones, me gustaría no ser tan sensible, porque las emociones que se liberan se traducen en un dolor muy fino e indescriptible, que tal vez esté relacionado con eventos ancestrales resguardados por la memoria genética y se expresan a través de los instintos y habilidades innatas, esto es sin haber experiencia sensorial previa.
Soy muy sensible, se lo repetí a mi amigo, ahora dime a qué viene la pregunta. El respondió: Bueno te estaba observando cuando veías y escuchabas un video de un dueto conformado por Placido Domingo y Paloma San Basilio y me asombró lo emocionado que estabas, de hecho, en un momento dado pensé que ibas a llorar, ¿acaso eres admirador de esos cantantes? Le respondí: digamos que sí, soy admirador, pero no solamente por el hecho de ser muy profesionales y destacados como cantantes, sino porque el escucharlos cantar maravillosamente, me hicieron evocar recuerdos de mi muy estimado y siempre recordado amigo Antonio Ángel Beltrán Castro, que de hecho sé que le hubiera gustado estar presente en el concierto denominado “Por fin juntos” celebrado el 3 de marzo de 1991 en el Miami Arena, al que se dice asistieron 16,000 espectadores.
Sensible yo, sí, y me agrada recordar todo lo bueno que me ha ocurrido, que por cierto y gracias a Dios rebasan con mucho cualquier situación que pude haber calificado como no grata, porque estas se tradujeron en valiosas lecciones de vida.
Sí hay muchas cosas por qué preocuparnos en el presente, pero nunca debemos de perder la esperanzar de siempre habrá un mejor mañana.
enfoque_sbc@hotmail.com