¿Qué etapa es ésta de la vida, que cuando no se quiere llorar, se llora, que cuando se opina, pareciera que le hablamos al viento, que cuando se escucha un cometario trivial, se promueve más la comunicación, que cuando se habla de lo que se considera más importante en la vida?
¿Qué etapa es ésta de la vida, en la que la estructura que define el cuerpo, se pareciera más a la de un árbol que permanece en el mismo lugar, experimentando los más fríos inviernos, que a las maravillosas primaveras?
¿Qué etapa es ésta de la vida, en la cual, entre más aprisa vamos, pareciera nunca llegamos a donde queremos, donde la fuerza del viento, en lugar de revolotear el cabello de todos, sólo despeina a los que no llevan el sombrero puesto, que los distingue de los demás?
¿Qué etapa es ésta de la vida, en la que más se habla de derechos, y pareciera que existieran más sordos por temor o conveniencia, pues no quieren escuchar lo que pareciera inminente, en donde hay más ciegos, que sólo ven lo que desean e ignoran la verdad que a todos nos aqueja?
¿Qué etapa es ésta de la vida, donde el pensamiento está más lleno de deseos materiales, y se ha dejado de sentir el deseo que despierta el interés por el amor que trasciende al consumismo que acrecienta la vanidad y el egoísmo?
¿Qué etapa es ésta de la vida, donde a la honestidad se le llama hipocresía y a la justicia una mentira, donde a la de equidad se le traduce como conveniencia para pervertir la libertad y promover la incompetencia que discapacita para el buen desarrollo de habilidades y competencias, para hacer de los derechos una realidad?
Pregúntate y respóndete a ti mismo, porque nadie que pueda responder por ti pudiera decirte la verdad, porque en esta vida camaleónica, se cambia de color según el interés individual con el que se mide la moral.
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