Mientras la mayoría de las familias en Tamaulipas y México preparan sus mesas para la Nochebuena, hay quienes cambian la calidez del hogar por el uniforme y el deber.

Policías estatales, elementos de la SEDENA, Marina, Guardia Nacional, paramédicos de la Cruz Roja y Protección Civil, dedican estas fechas a velar por nuestra seguridad.

Son ellos los que patrullan calles, vigilan carreteras y atienden emergencias para que nosotros podamos disfrutar de la Navidad con tranquilidad.

Es fácil pasar por alto su presencia mientras reímos con nuestros seres queridos o alzamos una copa para brindar. Pero detrás de cada operativo, cada recorrido de vigilancia o cada auxilio en carretera, hay personas que sacrifican sus festividades para que las nuestras sean posibles.

Sin embargo, y pese a su esfuerzo, cada año la Navidad también deja una estela de tragedias que podrían evitarse.

En Tamaulipas, las imprudencias al volante aumentan durante estas fechas. El alcohol, el cansancio y el exceso de velocidad se combinan, y el resultado es que familias enteras terminan enfrentando una Nochebuena marcada por el luto.

A estas alturas de diciembre, el Estado ya suma decesos por accidentes que, en otros escenarios, podrían haber sido sólo una anécdota. Cada víctima representa una silla vacía en la cena de Navidad, un regalo que nunca será abierto y una ausencia que perdurará más allá de estas fechas.

El espíritu navideño no debería perderse en la prisa por llegar o en el afán de celebrar sin medida. Navidad es sinónimo de unión, reflexión y convivencia. Y eso es precisamente lo que las autoridades buscan preservar con sus operativos: que cada familia regrese sana y salva a casa.

Por eso, esta Nochebuena y Navidad, al ver una patrulla en la carretera o una ambulancia en acción, recordemos que su trabajo es el regalo más valioso que recibimos sin darnos cuenta. Agradezcamos su esfuerzo siendo responsables, conduciendo con precaución y priorizando la seguridad de nuestras familias.

Que no se pierda la esencia de la Navidad, y que en lugar de lamentar, celebremos juntos en una noche de paz.