¿Valdría la pena hacer un recuento de nuestra vida juntos? No lo creo necesario, porque lo importante, es lo que ahora estamos viviendo; hemos tenido tiempo suficiente para analizar los pros y los contras de nuestra relación conyugal; de las cosas buenas ni qué decir, hablar de ellas, tal vez nos cause nostalgia, y con ello, renace al recordarlas el anhelo de volverlas a repetir; de las cosas que consideramos malas y no lo fueron, nos ha quedado la experiencia, más no la sabiduría a la que debíamos siempre aspirar, porque de ser sabios, seguramente no repetiríamos aquellas situaciones que nos causaron amargura y que algunas de ellas no hemos podido superar; entonces preguntarnos ¿qué hemos aprendido? Yo aprendí, de inicio, que lo que primero que nos mueve a buscar la convivencia, es la necesidad; que ¿cuál fue mi necesidad? fue la de sentirme amado, pero en ello he de reconocer que fui egoísta, porque sólo pensaba en mí, de ahí, que abusando de tu nobleza, te separé de lo que amaste primero; fue tanta mi necesidad de ti, que el solo pensar que podría perderte, me hizo olvidar que el amor nos exige primero el renunciar a sí mismos para amar a los demás; fue tanta mi necesidad, que le pedí a Dios me perdonara por no cumplir su primer mandamiento; sin duda cuando eso sucedió yo estaba ciego, porque confundido vagaba en el desierto de mi soledad, negándome a reconocer que estaba equivocado, por eso, un día ya muy desesperado, me convertí en el niño desamparado que buscaba a su madre, y tú, siendo como el agua viva, me diste de beber para que la sed de amor que padecía se apagara en mí; entonces encontré la verdad del porqué hay que amar a Dios por sobre todas las cosas, porque Dios estaba en ti. Siempre has pensado que soy emocionalmente frágil, que vivo en una dimensión desconocida, que hablo de cosas que no parecen tener sentido, cosas que llegaron caminando junto al que hasta ahora me acepta tal y como soy y confía en mí, yo sé que algún día tú igual me entenderás y se despejaran todas tus dudas.

Hoy, es el momento que vivas tu presente, recuerda que la vida ha sido el mejor regalo que Dios nos ha obsequiado y que yo agradezco infinitamente, porque estar a tu lado ha sido la promesa cumplida de quien ha sanado todas mis heridas.

FELIZ 48 ANIVERSARIO

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