“Una cosa es saber y otra saber enseñar”…

Cicerón

Sólo una vez en mi vida conocí personalmente a Porfirio Muñoz Ledo. Y de lejos.

Sin embargo fue y sigue siendo, pese a haber fallecido, uno de esos personajes polémicos que sin estar cerca físicamente ocupa parte de nuestras vidas, sea por reconocimiento a su talento, sea por admiración a sus aventuras o sea por respeto a sus convicciones.

Esta ave de las tempestades, si me permiten llamarlo así porque su presencia anunciaba mal tiempo para muchos de quienes lo rodeaban y en especial para sus adversarios en la política, tenía muchas aptitudes para navegar en esa actividad, pero como ser humano tan común como usted y yo, también tenía defectos. Uno de ellos era no saber perder.

En ese sentido, citaré de nueva cuenta parte de una pequeña historia, ya plasmada años atrás en este espacio, que tendría una secuela precisamente en Tamaulipas y que justifica para quien esto escribe, esa opinión sobre Muñoz Ledo.

Corría el sexenio de Manuel Cavazos Lerma, quien había sido diputado federal y presidente de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara Baja. En ese puesto, en alguna ocasión le tocó en suerte debatir con Porfirio sobre Economía. Para ser más específico, sobre el tema de Programación y Presupuesto

Quien conoce al ex gobernador sabe la excelencia de éste como tribuno, así que imagínense el agarrón entre los dos personajes.

No le fue bien a Porfirio en esa batalla dialéctica, quien sufrió, aseguran, una de las poquísimas derrotas en sus argumentaciones públicas. La daga le quedó clavada a Muñoz Ledo por mucho tiempo.

Con ese antecedente, ya siendo Cavazos gobernador un día visitó Tamaulipas –recordar la fecha sería una hazaña– el ex presidente del PRI, ex Secretario del Trabajo y otras tantas medallas más.

Al ser cuestionado sobre el mandatario tamaulipeco, Porfirio no encontró asidera para una ácida crítica y se fue por la libre: Por el insulto.

Llamó a Cavazos “hormiga atómica” y “enano de tapancho” en obvia referencia a la baja estatura de éste. No hubo espacio para la crítica aguda y los sarcasmos que caracterizaban a Muñoz Ledo y en su lugar exhibió lo profunda que era todavía la herida que le dejó la añeja confrontación verbal con el matamorense.

Lo anterior no le resta un ápice a la brillante mente de Porfirio, como lo demostró durante tantos años en trincheras de todo tipo. Al fin y al cabo fue un ser humano que un día pensó más en la venganza que en el razonamiento. Sucede en ocasiones.

Curiosamente, esa actitud del también ex líder del PRD me acercó subjetivamente más a él. No por los insultos, sino por hacerme sentir que quien fue aspirante a la Presidencia de la República no era un semidios, sino un hombre apasionado más. Igual que usted, que un vecino o que su servidor.

Mi admiración para siempre, maestro Porfirio…

UAT: DESDE LOS PRIMEROS AÑOS

Entre los profesores que me honraron con sus enseñanzas en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, varios de ellos acostumbraban señalar que “la universidad no es sólo impartir conocimientos en las aulas”.

Me tocó en suerte algunos docentes que veían a la universidad no como final de un proceso educativo, sino como inicio de otra etapa más productiva, no para el egresado sino para la sociedad.

Hoy veo con satisfacción que esas ideas siguen vivas en la UAT en el sector más vulnerable de la población, la niñez.

Ayer fui testigo del arranque de un nuevo Campamento Deportivo y Cultural, inaugurado por el propio Rector Guillermo Mendoza, por si quedara alguna duda sobre la importancia de ese tema para el alma mater tamaulipeca, actividad que una vez más busca sembrar y fortalecer los valores del deporte y la cultura entre los pequeños.

Bien por la institución y sus autoridades, que siguen trabajado desde los pocos años de edad de sus beneficiarios, para empezar a forjar mejores mujeres y hombres…

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