Con el paso del tiempo, muchas historias de vida fueron quedando sepultadas en el olvido; historias, que en el momento en que se escribieron, por considerarlas producto de vivencias cotidianas y no tener una visión futurista de su impacto, pasaron a ser sólo un recuerdo temporal, y después se archivaron en nuestra memoria para siempre.
Qué grato resulta que alguien, en algún momento, te considere una persona positiva y te haga sentir que eres un buen ciudadano, y cuando te preguntas: ¿Qué habré hecho para recibir este inmerecido elogio? y por curiosidad empiezas a hurgar en el pasado, llevándote a desempolvar algunas de nuestras antiguas vivencias, mismas, que al pasar por los filtros de la madurez, con toda humildad, hoy nos parecen acontecimientos significativos, que incluso, nos hacen dudar de nuestra participación como protagonistas.
Sin duda, resulta difícil no caer en la tentación de sentirse halagado en la vida, pero yo les aseguro, que no hay un sólo ser humano que, en alguna época de su vida, no haya jugado un papel fundamental en la construcción de su entorno, mismo que le reclamara su atención, y la firme decisión para marcar significativamente el acontecer de su vida en la sociedad.
Hace muchos años, nuestro muy querido y nunca olvidado amigo Antonio Ángel Beltrán Castro, me decía que, en algún momento del tiempo, alguna generación de ciudadanos victorenses recordaría con agrado nuestro esfuerzo al contribuir al desarrollo integral de nuestra comunidad, le contesté que me conformaría con saber que nuestro empeño le pudo haber servido a alguien para mejorar su vida.
En este tiempo, parece que la tendencia de la sociedad, en cuanto al reconocimiento de personajes sobresalientes en la salud, la educación y la cultura, no parece ser suficiente, incluso, ya ni las agrupaciones dedicadas a promover los valores, tienen dentro de sus planes, el estimular a la ciudadanía a generar bienestar, ejemplificando el trabajo de otros seres humanos, pues se podría correr el riesgo de violar el derecho a la igualdad y se generaría discriminación, porque de una manera u otra, la mayoría de los ciudadanos contribuimos al bienestar social.
“Deja que el futuro diga la verdad y evalúe a cada uno según su trabajo y logros. El presente es de ellos; el futuro por el que realmente he trabajado, es mío. (Nikola Tesla)