¿Qué les espera a las personas que han perdido la fe y con ello la esperanza? Me preguntaba una de mis pacientes que a pesar de tener padecimientos crónico degenerativos, siempre llega sonriendo a la consulta; le contesté: Usted ya sabe la respuesta, sólo basta observar su buena actitud para comprobar, que si bien se puede intentar prevenir la aparición temprana de enfermedades como la Diabetes Mellitus 2, la Hipertensión Arterial, la Dislipidemia y la Obesidad, poco se puede lograr si siempre estaremos bajo la perniciosa influencia de los agentes que las predisponen y que la mayorÃa de ellos, pudiendo ser frenados, por razones de carácter polÃtico, económico y social, son de hecho promovidos y autorizados por el mismo gobierno, que justificando su responsabilidad ante los cada vez más apremiantes problemas de salud, en aras de no violar los derechos ciudadanos y pulir su imagen como defensor de los mismos, responsabiliza a los usuarios de los servicios de salud por no escuchar y no poner en práctica los saludables consejos para prevenir las enfermedades y evitar las complicaciones de las mismas.
Los problemas de salud siempre están ligados al llamado progreso para que las sociedades alcancen un mejor desarrollo que garantice sus derechos universales, curiosamente, es el mismo progreso el que las mayorÃa de las veces se sustenta en la implementación de la producción de bienes y servicios, ligados a la promoción de consumo y prácticas muy alejadas al concepto de saludables, de ahà que, hoy estemos padeciendo grandes males ocasionados por la contaminación ambiental, lo mismo por el consumo de lo que equivocadamente se clasifican como alimentos saludables, y por el abuso indiscriminado de fármacos, que si bien mejoran temporalmente las manifestaciones de un cuerpo que trata desesperadamente de desintoxicarse y de mantener su sistema inmunológico intacto, lo están desactivando para volverlo dependiente de los paliativos comercializados, que son parte de una cadena productiva que impulsa el desarrollo social, pero lo hace a un costo que mantiene perenemente enferma a la sociedad y hasta cautiva de un sistema de salud ineficiente y medianamente eficaz.
La paciente no dejó de sonreÃr durante toda la consulta, de hecho, me invitó a sonreÃr también, me dijo que con ello le estaba dando un mensaje positivo a mi cerebro y podrÃa incluso, apreciar la valiosa oportunidad de prescribirle lo mismo al resto de las personas que acuden a consulta, buscando con ello despertarlos de la idea de que nuestros males se deben únicamente a la falta de medicamentos y no a los malos hábitos.
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