Estar vivo, va más allá de abrir los ojos, de escuchar el trino de las aves, de oler el perfume de las flores, de sentir la textura de las cosas, o de moverse; estar vivo, es tener la capacidad de sentir que vives en el pensamiento y en el corazón de otras personas, y descubrir que en ese pensamiento fluye la armonía, la paz y la sensación plena que emana del amor recíproco; lo demás sólo podría interpretarse como el hecho de no tener bien definida tu identidad, de saberse extraviado en el laberinto de la incertidumbre, de pensar que existes y no saber por qué o para qué, del hecho de descubrir que tu voluntad ha sido enclaustrada y condicionada a responder únicamente a la voluntad de los que encadenan los sentimientos de benevolencia y se vuelven jueces implacables ante la necesidad de todo ser humano, de amar y ser amado.

Si se tiene plena conciencia, cabría preguntarnos ¿Qué pasa en ese espacio del ser, que debiendo estar lleno de amor, es ocupado por temores, resentimientos, ira, egoísmo, vanidad, frustraciones, vergüenza, celos, desprecio, y envidia, sentimientos todos generadores de conductas violentas, de violaciones inmisericordes de los derechos más elementales, entre ellos al de tener una vida plena?

Acaso el germen de inconformidad no resulta ser sembrado en las almas buenas, cuando los que están alejados de la verdad se pronuncian como redentores, despertando la intensión insana, no de construir sociedades hermanadas en la justicia, el respeto y la paz, sino resaltando las diferencias e  incitando al desquite contra sus hermanos, muchos de ellos con historias parecidas, pero con un espíritu de superación envidiable, que los saca del estancamiento social, del sitio donde arrancaron en la vida, ofreciéndoles de siempre, una esperanza fallida, esto, por pretender el cambio no para bien, sino para mantener una perenne pugna donde no habrá ni vencedores, ni vencidos, porque todos perderemos en esa lucha entre hermanos.

¿Por qué mi hermano me acusa? ¿Por qué me reclama y me califica como indeseable, y cómplice de los villanos causantes de lo que considera su infortunio? Se olvida que tuvo muchas oportunidades para salir adelante, pero se aferró a buscar una vía corta, muy alejada del respeto de las leyes y las normas que rigen a una sociedad que mucho le ha costado organizarse, para allegarse el bienestar que todos nos merecemos por igual y se plasma en nuestra Constitución.

Quienes hoy se encuentran cuestionando todo, buscarán argumentos externados por terceros, para defender lo que consideran su verdad, y no es suya, ya que los pregoneros de dicha verdad, basarán su defensa, en situaciones personales, olvidando a conveniencia que ellos mismos fueron protagonistas de los sentimientos de miserabilidad que podrían padecer quienes se sienten afectados por la historia. “La verdad debe de contener consistencia y coherencia con otras verdades admitidas o con referencia a un hecho o situación que haga verdadero o falso dicho contenido”

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