Y molesta, me miró con evidente enfado, y me dijo: necesito salir, déjame salir. Pero mujer ¿cuándo he evitado que vayas a donde tú quieras ir? Le contesté de esa manera, tratando de no hacerlo de otra, porque bien sabía que en esa lucha de dimes y diretes, mía sería la derrota.

El párrafo anterior es de mi autoría, es uno de muchos intentos por escribir un libro sobre un tema que guardo con cierto celo, para no darle tentación a los que están a la espera de una idea para hacerla suya, como suele suceder y ha sucedido otras tantas veces, a algunos, hoy distinguidos escritores, y uno que otro poeta, que ayer eran ignorados por la nobleza, eso, porque no siguieron las exquisitas reglas de la metodología donde se suelen enclaustrar, perdón, clasificar, todo género literario, dejando a la narrativa del libre pensador, lejos del fino roce de los que dicen tener la virtud de saber lo que pocos, pero, este tema de locos, ya se ha tratado mucho, sí, ayer cuando los que deseabantrascender en ese arte, se decían fuera del concepto tradicional y se atrevían a integrarse al movimiento de los audaces, que retaban a los poseedores de la alta escuela.

Hoy parece que todo se ha quedado en pausa, la causa, todos la conocemos, pues el entorno se presta para motivar obras de misterio, de intriga o de terror, aquí en nuestro amado país y en el mundo entero; hoy, las plumas que más escriben, son las de los ilustres investigadores y científicos de perfil médico,especializados en fenómenos epidemiológicos de alto impacto, en l morbimortalidad, la economía, la política y la planeación estratégica que resuelva a corto, mediano y largo plazo la capacidad de respuesta, de no sólo de los organismos internacionales de salud, sino de las comunidades mismas, que representan un verdadero reto para la ciencia, debido a la múltiple presencia de variables  traducidas en factores de riesgo.

Todo lo que se pueda decir y escribir hoy sobre la pandemia, aquí y en el mundo, se quedará corto, porque en medicina no todo está escrito, ni todo está resuelto, pero lo que sí queda claro, y está al alcance de todo nivel de conocimiento, es el que los principios básicos de la medicina preventiva no pierden vigencia, y aún a pesar de los muchos años de haberse implantado, siguen sin tener la relevancia que deben tener; por cierto, ojalá que este gobierno reformista, logre incidir en un hecho incuestionable, para asegurar el bienestar de nuestro pueblo, la indisoluble vinculación que debe de existir entre la educación y la salud.

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