Algunos juristas están a favor de la evolución que ha tenido nuestra constitución en los últimos años, otros no tanto, entre abogadas y abogados no nos ponemos de acuerdo, pues no hay más que criterios.
Lo cierto es que, en algunas cosas hemos avanzado y en otras retrocedido, pero más cierto es que poca gente conoce realmente la esencia de nuestra Carta Magna y, peor aún -y es este el corazón de mi colaboración-: la mayoría de los políticos no la respetan.
Hace exactamente 7 años, en virtud de su 98 aniversario escribí un texto que titulé: “Pobre Constitución”, ahí redacté metafóricamente que, si de la constitución dependiera, no celebraría su cumpleaños…
Pues, entre tanta simulación, hipocresía y falsedad que rodea a quienes la celebran, no le deberían dar ganas de conmemorar su aniversario, esto en aquel contexto de flagrante corrupción sexenal que se atravesaba.
Y hoy, vemos a un país en donde rara vez se habla de dignidad humana, concepto base de los demás derechos humanos protegidos por la constitución.
Es más, no se pueden concebir los demás si no tenemos claro que la dignidad humana es el fundamento toral de nuestro Estado de Derecho, ¡Y poco observo y escucho se mencione! Menos que se garantice.
Dijo ayer el Ministro Zaldívar que debemos hacer nuestra la constitución, que debemos apropiarnos de sus postulados, y llevarlos a la práctica con voluntad y congruencia.
Y es que con Zaldívar se podrá o no estar de acuerdo en el fondo de alguna decisión en la Corte, pero de la claridad en sus argumentos nadie se puede quejar.
Estoy de acuerdo con él, para que el próximo aniversario de nuestra constitución, la celebrada que es ella, quiera festejar, más le vale a gran parte de las personas que actualmente poseen cargo de elección popular, que lleven sus letras a la práctica, con voluntad y congruencia: esa es la única forma de que renazca nuestra más alta Norma, en beneficio del pueblo.
Mientras no sea así, seguirán pasando aniversarios, con boletines bonitos, discursos emotivos, políticos cínicos hablando de ella, pero la realidad será la misma: un libro que la mayoría de los mexicanos desconoce, y que se alquila por usuarios de mala fe.
Que sean muchos más aniversarios de nuestra Constitución, pero que vengan algunos donde la festejada disfrute su día…