Un buen día decidí visitar por sorpresa a mi tío Tiótimo;  cuando llegué a su rancho, bajé del auto al que estacioné a prudente distancia, caminé con sigilo y observé la inconfundible figura de mi pariente, quien a diferencia de otras ocasiones, ahora no se encontraba sentado, como es su costumbre, en su mecedora consentida, por el contrario, estaba de pie y de pronto se le veía caminar en corto, dando la impresión que lo hacía porque se encontraba pensando, o tal vez, trataba de resolver algún problema existencial; lo observé por unos minutos y después, tratando de no romper su  rutina, fingí una tos seca para llamar su atención, y como era de esperarse, la carraspera fue detectada por su fino oído, y de inmediato tomó asiento en su mecedora; a manera de disculpa le dije: Sígale tío, por mí no se detenga, continúe haciendo ejercicio que mucha falta le hace; pero mi tío ni se inmutó, de hecho, a manera de reclamo, me contestó:  Se ve que no me conoces, no estaba haciendo ejercicio, estaba repasando mis lecciones de Meditación Dinámica, un método muy efectivo para  fomentar  el crecimiento espiritual. Bueno tío, le dije, a mí me pareció que estabas tratando de resolver algún dilema. Y no te equivocas sobrino, cuando alcancé la iluminación de mi conciencia, descubrí que, para muchas personas, la vida se resume en tres pasos; te explico, pero antes, te advierto que estarás en tu derecho de creer que mi experiencia pudiese estar entre la realidad o la fantasía. El pariente continuó diciendo: Hoy bastan tres pasos para dar por terminado el día, despiertas, te levantas y te activas; tres pasos para entender lo que dura un día: abres los ojos, contemplas la luz, y los cierras, quedando todo en la oscuridad. Y qué decir de la aridez de los motivos que te mueven en la vida, pues a muchos les bastan tres pasos para saber, que cuando padeces de melancolía, las distancias suelen ser más cortas, de ahí que, el primer paso es para ponerte de pie con esfuerzo, el segundo, para iniciar la penosa marcha y el tercero, para saber que has llegado a tu destino. ¿Breve relato verdad? Como te digo, todo se resume en tres pasos, como el hecho de que decides visitarme de sorpresa: Me hablas, me detengo justo cuando me dirigía al baño y no me quedó más remedio que sentarme en la mecedora para tratar de controlar mi necesidad.

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