Siéntate a mi lado y cuéntame, me dijo Jesús este bendito día, y en su amada compañía, ante su poderosa presencia, perdí el habla por no saber lo que debía responder a lo que me preguntaría, más, pude ver en su sonrisa su divina complacencia y de mi boca fluyeron las respuestas con paciencia y armonía, entonces le dije:
Hoy celebré la vida, y al hacerlo, vi pasar tantos años frente a mí, tantos, que de pronto me sentí cansado, mas, no lo suficiente como para darme por vencido, y al ir dando vuelta a cada página del libro de mis andanzas, no pude más que sonreír al recordar, que aquello que me parecía imposible lograr, ya estaba escrito en un pasado del cual no estoy arrepentido.
En algunos momentos de ese tiempo, de continuos retos sin medida, no pude imaginar que lo que me estaba ocurriendo, formaba parte de un plan magistral de quien vio en mi persona la capacidad de poder sortear cualquier prueba que encontrara en mi camino; por eso y más, satisfecho estoy de ese aprendizaje continuo, que me llevó a madurar para marcar la ruta de mi destino, y teniendo siempre presente, que habría de contar con una luz para que me ayudara a encontrar la verdad, cuando parecía que la oscuridad doblaría mi voluntad y con ello, malograr lo que para mí tenía destinado el Creador.
Hoy celebré a la vida, y al ver a mi alrededor a todos aquellos que me han acompañado por el camino, a los que cayeron y los pude levantar, y a los que me ayudaron a mí en mis caídas, para poderme parar, cuando la cruz que llevaba a cuestas parecía pesar más de lo debido.
Hoy celebré la vida, dando gracias a mi Señor, sintiéndome reconfortado por su perdón, porque cuando fui acusado de pecador, nunca fui por él juzgado, porque el verdadero amor toda pena condona y no juzga sin compasión como solemos hacerlo los seres humanos.
Hoy celebré la vida, porque en todos estos años, nunca anduve a la deriva, cuando estaba triste y me sentía derrotado, me bastaba mirar arriba, para encontrar la solución a lo que tanto tenía mi espíritu mortificado.
Hoy celebré la vida, celebré la amistad, la entrega y la bondad, celebré el ser un eslabón de la cadena de amor que suele hacer el Señor, para darle un significado a la vida de este su eterno aprendiz de discípulo suyo.
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