“Las obras públicas no se construyen con el poder milagroso de una varita mágica. Son pagados con los fondos arrebatados a los ciudadanos”…
Ludwig Heinrich Edler
¿Hasta dónde se puede o se debe llegar en aras del populismo?
Es lamentable, pero no hay límites.
En esa corriente pseudo política, el único valor que parece importar es el clásico “quedar bien”, especialmente con la población más vulnerable, tal vez porque es la que más acude a las urnas.
El problema es que esa visión camina únicamente en el hoy, sin reparar que si no se toman previsiones en el presente, ese hoy no tendrá futuro.
Viene al caso esta intentona de reflexión por la negativa del Congreso del Estado al ayuntamiento de Victoria para elevar algunas tarifas de servicio público en sus operaciones del 2023. El impuesto predial es lo de menos, lo que cala es el tema del abasto de agua potable.
Los argumentos en contra. si así se les puede llamar, son los ya conocidos históricamente: No se puede atentar contra la economía del pueblo y no se justifica cobrar más cuando se padecen numerosos problemas en el suministro del recurso. Suenan bonitos, pero tienen bases de barro.
Se les olvida a diputados como José Braña, cuyas diferencias personales con el alcalde Eduardo Gattás acostumbra llevarlas al Congreso, que si el organismo operador del agua capitalino no ofrece un buen servicio, además del lodazal administrativo que sufre desde hace años, es precisamente porque no tiene dinero.
Se forma así un círculo vicioso en el que no se resuelve el desabasto porque no hay dinero y no hay dinero porque las actuales tarifas no permiten reparar o actualizar los equipos.
Me pregunto qué dirán los diputados cuando reviente la COMAPA: “No hay agua, pero protegimos a los más necesitados”. Uff…
INCÓMODOS, PERO NECESARIOS
Veo muchas opiniones que despotrican contra las figuras plurinominales en los procesos electorales.
Los calificativos contra ellos sobran: Acomodaticios, oportunistas, sin raigambre social, trapecistas y uno que otro u otra verdaderos asnos –coincido– conforman una cauda de deslegitimaciones, algunasinclusive más escabrosas, que harían ruborizar a más de una doncella.
Sí, ciertamente entre esa especie hay quienes merecen con holgura esos señalamientos, pero en honor a la justicia y a su hermana la verdad, al lado de ellos también hay otros perfiles que pocos quieren ver o reconocer.
Muchos de esos diputados o senadores plurinominales son las gotas de inteligencia que en muchas ocasiones salvan de la ignorancia supina al Congreso de la Unión y los de los Estados.
Gracias a esos legisladores, en teoría elegidos por los partidos en función de su preparación académica, habilidad política y talento –con notables y dolorosas excepciones– se presentan las iniciativas más congruentes, gracias a ellas y a ellos se analizan con conocimiento real los beneficios y perjuicios de un ordenamiento o acción, gracias e ese grupo selecto, aunque a muchos les duela aceptarlo, las cámaras baja y alta poseen un atisbo de credibilidad.
En lo personal, voto porque permanezcan las posiciones plurinominales en el Poder Legislativo. En las tristes condiciones mentales que padece gran parte de esos inquilinos de curules y escaños, son la esperanza de que esas tribunas no se derrumben totalmente.
Ya sé, ya sé, que mi voto importa menos que un niño con cáncer al gobierno federal, pero ya que me van a ignorar, que no se diga que no se los advertí…
UN BUEN AÑO UNIVERSITARIO
Fue un buen año para la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
En el terreno político, existe una excelente relación con el Gobierno del Estado, que empieza a dar frutos en acuerdos y suma de voluntades, así como en la cercanía con el Jefe del Ejecutivo estatal.
En el académico, el alma mater tamaulipeca escaló varios peldaños más en su nivel docente e infraestructura, que la han elevado en el ranking nacional de instituciones de educación superior.
En su orden interno, las sucesiones de directores en sus facultades se cumplieron de manera tersa y en un ambiente de paz, lejos de las batallas que antaño eran.
Y el broche de oro fue en lo económico, con la aprobación por la Asamblea Universitaria, del proyecto de presupuesto del 2023.
Buenas cuentas entrega una vez más, el Rector Guillermo Mendoza.
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