Y sí, él cantaba como el mejor, entonces ¿Qué era lo importante? ¿Lo importante? Bueno, lo importante es que le gustaba hacerlo y lo disfrutaba, podría decirse que eso lo hacía feliz, y si era feliz haciéndolo, con ello podría justificar cualquier situación que se le señalara como irregular, y digo irregular, porque no podría considerarlo negativo, porque se dice, que en la vida no te pasan cosas buenas o malas, sólo son cosas que pasan y estará en cada quien valorar lo que le significaron, valorar el impacto emocional que tuvieron en su ser y en su estar.
Sí, yo también disfruté momentos invaluables a su lado, invaluables digo, porque cuando no se tiene la madurez para saber lo que es el amor, te puedes dejar llevar por algunos sentimientos incómodos que llegan a ser indeseables, tanto, que te causan malestar, pero no hay sentimientos buenos o malos, sólo hay sentimientos, y cuando logras comprender que la necesidad que te impulsaba a sentirte desafortunado, no suele ser más grande que el amor, entonces, entiendes por qué puedes sobrevivir a muchas otras necesidades que te parecían indispensables para hacerlo, pero no se puede vivir sin amar; porque así tuvieras hambre, verías en los mendrugos del pan, de los que sacian a satisfacción su hambre, el mejor manjar para saciar la tuya; podrías entender, que cuando tienes sed, el cielo dejará caer la lluvia para saciártela; cuando tienes frío, siempre habrá un refugio donde sentir el calor que emana de lo ignorado, pues eres aliado de la naturaleza.
Sí, yo también lo extraño, pero acallo mi tristeza con el amor que siempre me da fortaleza, quito mi sed con el agua viva, y vivo en la esperanza de saber que no hay mujeres ni hombres malos, sólo hay personas que fueron creadas para aprender lo que es el amor, y que hicieron de sus momentos felices una demostración de su potencial para lograrlo, y que si aún persisten en su búsqueda, seguro estoy que lo encontrarán, porque Él jamás nos ha abandonado, porque el soplo divino que nos dio la existencia, encontró en el corazón de su creación el hábitat, y su espíritu nos moverá hacia el lugar y tiempo indicado, para resucitar a una nueva vida.
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