La escasez de agua es un fenómeno natural, también inducido por los humanos. Aunque hay agua dulce para satisfacer las necesidades de 8 mil millones de personas, su distribución es desigual, Se desperdicia, contamina y SE maneja de manera insostenible. Existe un número de regiones en el mundo que sufren escasez de agua dado que el uso de este recurso ha crecido más del doble en relación con la tasa de incremento poblacional en el último siglo.
1,500 millones de la población mundial habita en áreas que enfrentan escasez de agua y otros 1,600 millones enfrenta recortes en el suministro debido a que carecen de la infraestructura necesaria para tomar agua de los ríos y acuíferos. La escasez de agua es el desafío vital para el desarrollo humano y socioeconómico en general.
Escasez de agua es la condición en la cual la demanda en todos los sectores, incluyendo el medio ambiente, no puede ser satisfecha debido al impacto del uso del agua en el suministro o en la calidad del recurso. La escasez empeora a causa del cambio climático, en especial en zonas áridas y semiáridas, que presentan estrés hídrico. La protección de los recursos de agua dulce requiere que el impacto de origen humano sobre el medio ambiente y el clima se aborden de manera integrada. Es vital, invertir en programas que protejan el medio ambiente natural, conserven los recursos hídricos y los utilicen de manera eficiente.
La degradación de la calidad del agua contribuye a su escasez. Es un aspecto vital en el manejo de los recursos hídricos tratado con negligencia. La mala calidad del agua tiene múltiples consecuencias para la salud y el medio ambiente, que vuelven al recurso no apto para su uso, resultando en reducción en su disponibilidad. La contaminación del agua es una amenaza para la disponibilidad y reúso del agua dulce. La acelerada urbanización, el incremento en la actividad agrícola, uso de fertilizantes y plaguicidas, la degradación del suelo, las altas concentraciones de población y la deficiente eliminación de desechos afectan la disponibilidad de los recursos de agua dulce.
En Tamaulipas hay agua. El gobernador Américo Villarreal atiende con prioridad este problema. El proyecto para abastecer desde el río Pánuco permitirá al norte su sustentabilidad hoy en duda, por el cambio climático que en 30 años nos llevará de zona semiárida a árida. En regiones sin agua la desalinización es la solución al crecimiento de la población, calor extremo y sequía prolongada por el cambio climático.
Manzoor Qadir, científico del Programa de Agua y Desarrollo Humano de la ONU dice, veremos más plantas desalinizadoras en regiones con suministros de agua muy por debajo de la definición que da la ONU de “escasez de agua absoluta” (1,325 litros por persona al día) “En los países de bajos ingresos no se hace nada”, dado el costo pues exige gran cantidad de energía. Cuidar el agua socialmente va de la mano con el abasto; sin ambas acciones secaremos toda fuente de agua dulce.