Después de dos años, tres meses de iniciada la Pandemia Covid-19, por fin se llegó el día de reunir al Grupo de Ayuda Mutua (GAM) adscrito al Núcleo Básico de Salud No.6 de la U-10 Lomas del Santuario, que por gracia del Todopoderoso, pasará de llamarse Estrella de la Esperanza al nombre de Resurrección, porque muchos de ellos son sobrevivientes del asecho y mortal efecto del virus SARS-CoV-2; más  fueron muchos los convocados y pocos los asistentes en este primer encuentro, constatando en los asistentes, más que el peso de dos años más de edad, la misma fe y voluntad que los ha movido siempre a fomentar la virtud de la solidaridad para ayudarse entre hermanos y fortalecer con ellos todas las buenas prácticas de la enseñanza en salud de años anteriores, de tal manera, que para mí  y el resto del equipo que trabajamos para mejorar su estado de salud, nos llenó de satisfacción el hecho de que lo bien aprendido, en cuanto a las medidas preventivas, surtió un efecto positivo en su salud integral. La mayoría logró mantener las metas de control requeridas, y con ello, le sumaron mayor calidad de vida a su existencia.

Hoy quiero dar las gracias a cada uno de los integrantes del mencionado grupo de ayuda mutua, conformado por pacientes con enfermedades cronicodegenerativas, por estar presentes, por mostrar el vigoroso músculo de su voluntad y consolidar con ello su sentimiento de pertenencia a una gran familia de la salud. Mi gratitud también para los componentes del equipo de salud: nuestra enfermera Evangelina, nuestra trabajadora social Felipa, nuestro promotor Arturo, a Claudia nuestra Tanatóloga, a Jonathan nuestro Odontólogo, a Lupita nuestra Psicóloga y demás personal,  de no menor importancia, que se unen para hacer más efectivas las acciones en beneficios de los pacientes que nos han confiado su salud.

Hoy quiero dar las gracias a Dios, por mantenerme de pie para continuar con la misión que nos encomendara, que más que un trabajo, se ha significado por ser un verdadero privilegio para ser útil a mi comunidad.

“Y en prueba de vuestra doctrina, curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, lanzar demonios. Dad graciosamente lo que graciosamente habéis recibido” (Mt 10:8)

 

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