“El que ama la vida y desea gozar de días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de palabras mentirosas” (1 Pedro 3:10).

¿Y entonces no eres feliz? ¿Por qué discutes trivialidades en las conversaciones cotidianas, que debiendo ser puentes de comunicación que generen paz y armonía, para acercar el espíritu, terminan como grietas ensanchadas en el corazón, difíciles de sanar? ¿Cuánto tiempo más te bastaría para conocer a una persona con la que convives todos los días, unidos por el matrimonio? ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar, para saber si realmente se aman o si han construido sólo una relación de conveniencia, para cumplir con un ritual eclesiástico al consumar un sacramento, con la intensión de que la unidad entre el hombre y la mujer, no sólo perdure durante la vida terrenal, sino eternamente?

No, la verdad de las aparentes inconformidades en el matrimonio, no tiene nada que ver con los rituales religiosos o las conveniencias personales para quedar socialmente incluidos dentro de un concepto legal que protege los derechos, no sólo al hombre y la mujer, sino a la descendencia que procreen, las dificultades surgen por no querer comprender que la unidad está conformada por dos seres totalmente diferentes en cuanto a sus defectos y virtudes, valores, aptitudes, carácter, y de más elementos que distinguen su individualidad, de ahí que se diga que cada persona es única.

Los acuerdos entre las parejas no se logran por unanimidad, ya que una de las partes suele ceder alguno de sus derechos al otro, para que se pueda avanzar y se logre un conveniente grado de satisfacción que cimente la solidez de una estructura, que debiendo tener como principal elemento el amor para que le dé seguridad y garantice la continuidad, requiere precisamente, por amor, la renuncia incondicional de lo que cede.

Quien haya vivido lo narrado y aún permanezca unido a su pareja, puede estar seguro de que el amor permanece a pesar de los años y a pesar de los daños.

Dios bendiga nuestro matrimonio, nuestra familia, y bendiga todos nuestros domingos familiares.

enfoque_sbc@hotmail.com