“Yo soy la luz eterna, he venido al mundo, para quien cree en mà no permanezca entre las tinieblas. (Jn 12:46).
IlumÃname Señor e ilumina mi camino, no ande yo perdido por vivir sólo pensando que hay cosas que he perdido, cuando lo mejor de todo lo tengo contigo.
IlumÃname Señor, cuando la tristeza se empeñe en pintar de gris los dÃas gloriosos que has creado para mÃ, cuando me dé por vencido pensando que ya he dado lo mejor de mà y en ello mi quehacer no ha sido de todo claro, sobre todo, cuando me veo frustrado y eso hace decaer mi ánimo al grado de estar resentido con aquellos, que, habiéndome amado, dejaron de pensar en mÃ.
IlumÃname Señor y perdóname, por pensar que merecÃa lo que nunca di, porque cuando ofrecà mi amor, siempre esperé recibir de regreso lo que habÃa dado. Perdóname, porque te fallé y me siento por ello avergonzado por no cumplir lo que te prometÃ.
IlumÃname Señor, por sentirme en ocasiones cansado, cuando no deberÃa estarlo, porque estando tú a mi lado, no hay tarea, por pesada que sea, que me haga sentir derrotado, porque no hay poder humano que pueda tener más influencia que tu amor por mÃ.
IlumÃname Señor, como me iluminaste hoy que evitaste que cayera, y otro cayó por mÃ.
Dios ilumine a nuestra familia, la bendiga con la luz de su Palabra y nos obsequie su sabidurÃa. Dios bendiga todos nuestros Domingos Familiares.
enfoque_sbc@hotmail.com