“A lo que Jesús les respondió: Mirad que nadie os engañe: porque muchas han de venir en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, o Mesías, y seducirán a mucha gente. Oiréis así mismo noticias de batallas y rumores de guerra, no hay que turbaros por eso, que, si bien han de preceder estas cosas, no es todavía esto el término” (Mt 23:4-6)

El cielo se torna gris como anunciando tormenta, más, no hay truenos o relámpagos todavía, lo que sí existe, es un miedo que empieza a esparcirse en el ambiente, y más que preocuparme los dimes y diretes, de aquellos que se creen poseedores de la verdad, me preocupa lo que percibo en las familias, manifestándose como un franco y silencioso distanciamiento espiritual, una actitud más que fría ante situaciones que merecen toda nuestra atención, y una respuesta extremadamente débil, ante una ofensiva que atenta contra la vida y los derechos humanos, un abandono que raya en lo inmoral y una eterna justificación petrificada, que más que darnos esperanza, cada vez nos hace sentir más mal al reforzar continuamente la idea de que somos incapaces de entender lo que está pasando, y sólo acentuar nuestra condición de eternas víctimas.

Si el hombre no escucha, Dios lo hará y hablará por nosotros, manifestándose de la manera que sea necesaria hasta que entendamos, que no estamos solos y no somos producto de la casualidad, nos hará reconocer nuestro potencial y nuestra capacidad sobrada para resolver con justicia y paz lo que hoy nos abruma y más nos duele.

“He visto así mismo en los caducos y frágiles días de mi vida que perece el justo en medio de su justicia, y el impío vive largo tiempo en medio de su malicia. No quieras ser demasiado justo ni saber más de lo conveniente, no sea que vengas a parar como estúpido. No multipliques pecados sobre pecados, ni quieras ser insensato difiriendo la enmienda; no sea que te coja la muerte antes de tiempo” (Eclesiastés 7:16-18)

Dios nos dé sabiduría para obrar conforme a su divina voluntad, para vivir en armonía y en santa paz.

Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

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