“La esperanza que se dilata, aflige el alma, pero es como el árbol de vida el buen deseo que se cumple” (Proverbios 13:12)

¿Acaso estás esperando en vano aquello que habrá de llegarte por obra de la mano de Dios? ¿Acaso puedes adelantar el día y la hora en que el Señor habrá de desbordar su misericordia sobre ti? ¿Acaso tu ceguera espiritual no te deja ver cómo te consiente como hija o hijo predilecto? ¿Por qué si te pide que tu fe no sea una fe por conveniencia, sino por amor, desoyes su llamado?  Haz un alto en tu vida para dialogar con Jesucristo, Él te escuchará atento y te dará el mejor consejo y el mayor consuelo.

No puede perderse lo que nunca se ha buscado, ni tenerse lo que nunca ha sido tuyo.  Hay muchas otras cosas en el camino que te dan la oportunidad de encontrar la paz que tanto anhelas, de descubrir cuál es el verdadero amor.

¿Acaso, sin desearlo, pero consciente, has herido en más de una ocasión a aquellos que tanto te aman, y por ir tan de prisa no te has detenido a decir cuánto lo sientes? ¿Acaso es más grande tu egoísmo que todo el amor que necesitas? ¿O buscas un amor que se acomode a todas tus necesidades?

Todos necesitamos amor en nuestra vida, pero primero necesitamos conocer lo que es el amor para poder reconocerlo. Un día se acercó a mí una persona que me dijo que se sentía muy infeliz porque no había conocido el amor, y le pregunté: ¿Acaso tus padres no te aman? ¿Acaso tus hermanos no te aman? ¿Acaso tus hijos no te aman? y me contestó: No es esa la clase de amor que yo necesito; dicho lo anterior le hice otra pregunta: ¿Cuál es ese amor que tanto te hace falta en la vida y no has encontrado? Quiero el amor de alguien que sólo me ame a mí, que no tenga que compartir con nadie, que me sea fiel eternamente, que no critique mis defectos, que me valore integralmente, que llene todas mis expectativas; entonces le dije: Me parece que mientras no te ames a ti misma, no podrás encontrar lo que buscas.

Señor mío y Dios mío, quiero nacer en la humildad de tu corazón para nunca llenar mi vida de necesidades vanas, quiero que tu amor sea el único amor que rija mi vida para no aspirar a otra felicidad que no sea la felicidad de mi prójimo, porque sólo renunciando a mi egoísmo, podré saber lo que es el verdadero amor.

Bendice Señor a nuestra familia y bendice todos nuestros Domingos Familiares.

enfoque_sbc@hotmail.com