El sorprendente peso mexicano sigue dando de qué hablar, para bien o para mal, las discusiones siempre terminan enfrentando a los participantes, la política así lo ha determinado y se entiende ante la frustración de muchos que apostaron al cambio verdadero desde el año 2000.
En efecto la polarización dio inicio en aquel entonces, solo los que no lo vivieron no lo pueden comprender, pero quienes tenemos memoria no selectiva, entendemos perfectamente como inició la segregación en México.
Para entonces se consideró que había sido desterrada del país, para siempre la corrupción, la nación se dividió entre los Priistas Corruptos y los Panistas Honestos, la historia la escriben los vencedores y la opinión pública se nutrió de esa narrativa, a partir de ahí los buenos eran los opositores y los malos los que duraron 70 años en la presidencia de México.
Todo aquel que hubiese trabajado para un gobierno del PRI en automático era considerado corrupto, todos sin excepción terminaron estigmatizados gracias a los buenos oficios de Comunicación Social de la Presidencia de la República.
La narrativa era necesaria para aspirar a continuar en el poder, así que los anteriores adoradores rápidamente encontraron acomodo con los nuevos dueños del poder.
Al derribar a patadas las puertas de Los Pinos, fue fácil sacar a la víboras prietas y tepocatas que por ahí merodeaban, se les colocó una estrella escarlata en el pecho y absorbieron de inmediato la responsabilidad de todo lo que salía mal al inicio.
Pero a pesar de que los errores seguían y seguían, los opositores, es decir los panistas no veían lo malo que le pasaba al país, consideraban que el mérito mayor fue sacarlos del poder y por ello no era necesario exigirles buenos resultados para la economía del país. Querían mantener al PAN en el poder y lo lograron, con tanto cinismo que hasta hicieron celebre la frase; “Haiga sido como haiga sido”.
Y esa férrea oposición no maduraba con nada, creyeron a pie juntillas eso de; “Un Gobierno de Manos Limpias”, lo avalaron y soportaron sin chistar todos los daños colaterales de una guerra inútil. La justificación siempre fue: “con el PRI era peor”.
Pero tuvieron que enseñar los calzones cuando completaron los 12 años, corrieron su “Bochito” frente al “Lamborghini” del PRI y después no supieron que hacer para cumplir el pacto de los 12 que le correspondían, ni siquiera entendieron que el candidato del PRI en realidad era panista.
El PriAnismo se enfrentó y en una elección de 3 era lógico que ganara la verdadera oposición, pues los desencantados del PAN y del PRI fueron a dar a Morena.
La oposición sigue extraviada, no reconoce los aciertos de México por el simple hecho de no calificar nada bueno de AMLO, se distraen con facilidad pues para todo tienen respuesta, “las remesas son del narco”, dicen, “la fortaleza del peso se debe a la caída del dólar”, “la mayor confianza en el país en el extranjero es producto de las altas tasa de interés”, “la mayor productividad de la industria maquiladora se debe a el pleito de USA con China”, “las exportaciones crecen porque está bajando el dólar”.
Desde esa óptica los mexicanos no tenemos ningún mérito al mantenernos en el Top 10 en Inversión Extranjera Directa, tampoco al mantener el liderazgo mundial en la exportación de camiones pesados y mucho menos en el manejo eficaz de una economía que revaloriza la moneda.
La oposición extraviada persiste en la división como único recurso para aspirar a suceder a AMLO, pero son cuidadosos ya Gilberto Lozano el líder de FRENAA exhibió las verdaderas intenciones de la oposición a la propuesta presidencial de la Revocación de Mandato, pues puso en labios de Claudio X. González la expresión: “Nombre eso no, luego nos la aplican a nosotros”.
Sin embargo, persisten en la descalificación de México y los logros en su economía, pues la revalorización del peso según ellos se debe a la debilidad del dólar ante el mundo, no a los aciertos de la patria.
Están tan extraviados que no se percatan de que cualquier puede entrar al internet y buscar: “Cotización histórica Peso-Euro” para obtener de respuesta que en abril del 2020 el euro costaba 26.98 pesos y que el viernes 28 de julio del 2023, es decir hace 2 días, costó 18.39 pesos, tirando por la borda ese argumento de la oposición extraviada, pero que consolida nuestra moneda como PESO… PESADO.