“Entonces, llamando de nuevo la atención del pueblo les decía: Escuchadme todos, y entendedlo bien: Nada de fuera que entra en el hombre, puede hacerle inmundo; más las cosas que proceden o salen del hombre, esas son las que dejan macula en el hombre” (Mc 7: 14-15)

¡Oh Señor!, tú soplo divino no sólo llenó de vida al hombre, sino de sobresalientes virtudes, entre ellas, la capacidad de poder tener un buen sentido del humor, de ahí, que sin ser un bufón, todo aquél que pueda agradar a su prójimo, llevará en su ánimo una buena virtud, para aliviar los momentos de tristeza que rondan, a los que siendo débiles de carácter o de amargo talante, son más susceptibles a enfermar.

Resistir deben los que siendo afables por naturaleza, son reprimidos por el mal humor de los que sólo ríen de sus gracias, porque el que lleva amargura en el alma, tratará de compartirla por su voluntad con los que son radiantes en alegría, porque la oscuridad sólo llama a los tonos grises y oscuros, y rehúyen a la luz, mas, si hubiesen personas que están en transición de su ánimo, mantener deben esa buena postura, o se verán afectados por la tristeza y la amargura.

Y si tú envidias a los que ríen con frecuencia, procura que esa envidia se desvanezca y únete a su alegría que suele ser contagiosa y saludable, porque penas hay muchas en el mundo y motivos sobran para no sonreír, pero yo les aseguro que nadie podrá impedir que se pueda lograr la felicidad con buen humor, pues la amargura por lo general llega cuando la llama quien no ha entendido que a esta vida hemos venido a ser felices y no a quejarnos de nuestras debilidades y defectos o a envidiar a quienes tienen firmeza de voluntad para lograrlo.

Nuestro Señor Jesucristo tenía en buen término el buen humor, así lo han exhibido sus discípulos evangelistas, por eso atención debemos de tener a la palabra del divino Salvador, que igual bromeaba a su manera para el buen entendedor.

Señor, tú eres un Dios que derrama alegría, muchos no conocen de ello, pero cuando sonríes en nuestro prójimo agradecido, cuando recibe tus bendiciones en vida, salud y amor,queda por demás demostrado; así lo creo y así doy testimonio de ello.

Bendice Señor a nuestra familia con mucha vida, salud y alegría. Bendice todos los felices Domingos Familiares.

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