Volver a ver tus hermosos ojos, sentir que no ha pasado el tiempo, que sigo estando presente en tu mirada, donde la mía se pierde poco a poco, para perderse en tus labios rojos.

Sentir que estás aquí y estás conmigo viéndome finalmente a la cara, sabiendo que no te podía mentir, que mi amor por ti sigue vivo, y asegurándote que cualquier ausencia emocional indeseable e inesperada, sólo fue un momento gris en nuestras vidas.

Y pensar que todo ocurrió en un instante, que la grieta que nos distanciaba fue originada por estar inmersos en las dificultades cotidianas, que ocurrió sin desearlo y fueron la causa de que dejáramos de pensar en nuestras necesidades, rompiéndose la delgada línea de la comunicación tan amada, la más importante, la que nos unía, abriendo paso a las nocivas rutinas.

Cuando el peso de la desesperanza logró vencer mi resistencia, me quedé dormido y empecé a soñar tan lento y pesadamente en aquel largo trayecto que teníamos que recorrer juntos, y que el destino quiso, que por tener tanta prisa por resolverle la vida a los demás, te fueras olvidando de la promesa de permanecer siempre unidos.

Volver a verte a los ojos, encontrar en ellos lo que parecía perdido, me devolvió el aliento para emprender el regreso y poder compartir todo lo bueno que se fue quedando por el camino.

Estar junto a ti es mi destino, desandemos el camino para empezar por el principio, no importa que en ello empecemos por conocernos, pues seguro estoy que el amor volverá a unirnos como ayer nos unió.

Si acaso alguna vez te sientes cansada, si los problemas te abruman, si te sientes despojada de la razón de vivir, encuéntrala en mí.

Correo electrónico:

enfoque_sbc@hotmail.com