Este es un artículo muy especial, en estos momentos, se encuentra a mi lado María José, una de mis nietas más tenaz e intrépida, que cuenta con 6 años de edad y que se ha autoproclamado como mi nieta consentida; ella está muy interesada en colaborar en este enfoque, de hecho, cuando vio que yo estaba durmiéndome, me pegó tremendo susto y lo hizo según ella, para que me mantuviera despierto, y quiere exponer su punto vista sobre el amor; dice que estando conmigo ha aprendido muchas cosas, ente ellas, lo que es el amor verdadero, el cuál define como aquél que tenemos en común, porque vivimos una relación familiar muy sólida, ya que es difícil o imposible romper, porque el amor en una fuerza interior que le dio Dios, y que ha ido creciendo a través de los años gracias a sus padres, a sus abuelos, su hermano José Manuel que tiene 4 años de quien asegura que es una gran fuente de energía e inspiración para ella; también se siente muy amada por sus padrinos y madrinas.

Ella admira mucho a su bisabuela Tina, a quién tiene muchas ganas de ver pero no lo ha hecho debido a la pandemia, pero me hizo prometer que el próximo fin de semana la llevaría a verla sin excusa. Ella ama la naturaleza, en el patio trasero de su casa tiene un pequeño jardín que sembraron sus padres y disfruta mucho regar las plantas. De sus padres asegura que es lo más valioso que tiene en la vida, porque la cuidan, a su papá lo ve como un superhéroe porque es fuerte y muy rápido, su mamá es muy responsable, es una súper mamá que siempre está pendiente de ella ayudándola en su educación, se esmera en vestirla, alimentarla, y enseñarle medidas para evitar enfermarse de Covid y de sufrir accidentes; mi familia es mi mundo y mientras estemos unidos seremos más fuertes, porque todos hemos construido el amor verdadero. Hasta aquí la colaboración de María José.

No me puede negar a prestarle mi espacio en esta ocasión a mi nieta, tenía algo que compartir con todos nosotros, tal vez para muchos lo más importante sea tocar otros temas, pero considero que lo que más necesita el mundo es amor.

“En esa sazón le presentaron unos niños para que pusiese sobre ellos las manos y orase. Mas los discípulos, creyendo que lo importunaban, los reñían. Jesús por el contrario, les dijo: Dejad en paz a los niños, y no les estorbéis de venir a mí; porque de los que son como ellos es el reino de los cielos. Y habiéndoles impuesto las manos, o dado la bendición, partió de allí.” (Mt 19:13-15).

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