Las conversaciones con ChatGPT podrían volverse en tu contra. Aunque muchas personas utilizan este tipo de inteligencia artificial como una herramienta de consulta o incluso desahogo personal, especialistas en derecho digital advierten que lo que compartes con estos modelos puede ser recopilado, almacenado y, en ciertos casos, utilizado como evidencia en procesos legales.
De acuerdo con reportes recientes, si un usuario admite una conducta ilegal, describe acciones comprometedoras o revela información sensible a través de ChatGPT, esa interacción podría ser solicitada por las autoridades y presentada como prueba en su contra. Aunque OpenAI, desarrollador de ChatGPT, establece políticas de privacidad, estas contemplan la posibilidad de compartir información en cumplimiento con la ley.
Este tipo de escenarios pone sobre la mesa una discusión urgente: ¿hasta qué punto es seguro compartir datos confidenciales con una IA? La falta de legislación clara sobre los límites de uso y almacenamiento de estas conversaciones genera incertidumbre entre usuarios y especialistas, sobre todo en un contexto donde la IA gana cada vez más terreno en el entorno cotidiano.
Además del aspecto legal, se encienden las alarmas sobre la ética en el manejo de datos personales por parte de las empresas tecnológicas. Aunque muchos usuarios creen que están interactuando en un entorno “privado”, en realidad están aportando información que podría ser analizada, revisada e incluso utilizada para entrenar futuros modelos.
La recomendación es clara: evita compartir con ChatGPT detalles íntimos, declaraciones delicadas o cualquier información que no dirías en público. Porque, en un eventual juicio, lo que creías una simple charla con un asistente virtual podría convertirse en un testimonio clave.