El cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres en España. Se estima que una de cada ocho sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida y representa el 29% de todos los cánceres en España. No es solo femenino: el cáncer de mama masculino representa el 2% de todos los casos de este cáncer.

Es uno de los tumores con mejor pronóstico y mayores índices de supervivencia y cronificación, gracias a la concienciación social sobre su detección precoz y a los avances en investigación. El cáncer engloba un grupo numeroso de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales, que se dividen y crecen sin control en cualquier parte del cuerpo. El cáncer de mama es el que se origina en el tejido mamario.

Es muy habitual conocer personas que padecen esta enfermedad. Hace unos meses, la revelación por parte de la periodista Ana Rosa Quintana de que se le diagnosticó cáncer de mama ha dado de nuevo notoriedad a esta dolencia. Es muy importante que las mujeres se sometan a revisiones ginecológicas programadas por el médico porque prevenir es el mejor antídoto que hay.

La mama es una glándula que tiene como función principal producir leche durante el período de lactancia. Se sitúa en el tórax anterior, entre la segunda y la sexta costilla, y se proyecta hacía la axila en la llamada cola de Spencer. La mama está formada por tres estructuras mayores, la piel, el tejido subcutáneo y el tejido mamario. Este tipo de tumor es uno de los tumores malignos más frecuente entre las mujeres de todo el mundo.

Aunque la mortalidad por cáncer de mama ha descendido en los últimos años, gracias a los programas de cribado y a la mejora de los tratamientos, sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en mujeres en España. La edad de máxima incidencia está por encima de los 50 años, pero, aproximadamente, un 10% se diagnostica en mujeres menores de 40 años.

La importancia de la prevención

La prevención es muy importante, pero también debemos estar atentas a cualquier posible síntoma y acudir rápidamente a recibir atención médica si percibimos algún signo preocupante. Si detectamos algunos de los siguientes síntomas, debemos contactar con nuestro médico lo antes posible.

· Aparición de un bulto o nódulo en la mama que no existía con anterioridad.

· Dolor en la mama a la palpación.

· Cambio de tamaño de alguna de las mamas.

· Irregularidades en el contorno.

· Alteración en la piel de la mama como úlceras, cambios de color y aparición de lo que se denomina piel de naranja (por su aspecto similar a la piel de dicha fruta).

· Cambios en el pezón, como puede ser la retracción del mismo (hundimiento).

· Secreción a través del pezón (telorregia).

· Aparición de un nódulo en la axila.

En fases más avanzadas de la enfermedad pueden aparecer otros síntomas como cansancio o dolor óseo localizado. Si aparecen algunos de estos síntomas, se tiene que consultar con el ginecólogo para que valore e inicie un estudio más profundo si lo considera apropiado.