El ciclo menstrual es capaz de cambiar muchos aspectos de la vida de la mujer, incluidos aquellos relacionados con el fútbol femenino. Es decir, las jugadoras que entrenan con frecuencia en este deporte pueden notar que no rinden igual todo el mes.

Aunque el mejor o peor rendimiento puede atribuirse a distintos factores, hay alguna evidencia que se relaciona con el ciclo menstrual. El período modifica los niveles hormonales y, con ello, el cuerpo es más o menos susceptible al esfuerzo.

Cada vez más equipos de fútbol femenino profesional incorporan el conocimiento sobre el ciclo menstrual para adaptar las rutinas de sus jugadoras. ¿Qué es lo que tienen en cuenta?

Las hormonas y el rendimiento

El ciclo menstrual normal puede establecerse en un promedio de 28 días. El primer día se contabiliza cuando inicia una menstruación o sangrado.

Casi al cabo de 1 mes, habrá otro sangrado menstrual si no hay patologías de por medio y si la mujer no se embaraza. Por lo tanto, también podemos fijar la mitad del ciclo en el día 14, lo que suele coincidir con el momento de la ovulación (cuando la mujer es más fértil porque un óvulo sale del ovario).

En este contexto, que es un promedio y aplica a la mayoría de las mujeres, tenemos dos mitades del ciclo:

Hasta la ovulación predomina el estrógeno como hormona circulante. Es una sustancia con capacidad anabólica (ayuda a crear tejido) y ergogénica (otorga más fuerza).

Desde la ovulación predomina la progesterona. Esta es una sustancia que tiene la función de preparar el cuerpo para un posible embarazo, por lo que produce pequeñas modificaciones en este sentido.

En el fútbol femenino se prefiere dividir el ciclo menstrual en 5 etapas

Sin embargo, a pesar de que la clasificación anterior del ciclo es la más conocida y aceptada, los clubes profesionales de fútbol femenino quieren ser más específicos. Para eso han desarrollado una separación del período en 5 etapas. Y para cada una de ellas han estipulado qué es lo mejor en cuanto a entrenamiento:

Fase menstrual: estos serían los primeros 4-5 días de un ciclo normal, cuando está presente el sangrado. Se asume que la jugadora estará cansada, que tendrá más agotamiento y que no dispondrá del mejor humor para entrenar.

Hay prostaglandinas circulando, por lo que puede haber algo de aceleración del ritmo cardíaco y más glucosa circulando en la sangre. También hay que considerar la existencia de las pérdidas sanguíneas con un menor transporte de oxígeno concomitante. En definitiva, la recomendación es reducir la carga de fuerza física al 60 % de lo habitual y hacer tareas de mantenimiento, sobre todo en modo aeróbico.

Fase posmenstrual: esta parte es desde el día 5 al 12 del ciclo menstrual normal. Los estrógenos comandan la acción y sube la energía de la mujer. Hay una capacidad anabólica constante y las jugadoras están más receptivas a las cargas altas de entrenamiento, tanto de fuerza como de ejercicio aeróbico. Por lo tanto, se sube la intensidad sobrepasando el 75 %. Es posible que en este punto se halle la mejor respuesta adaptativa.

Fase ovulatoria: entre el día 13 al 16 del ciclo menstrual normal en las jugadoras de fútbol femenino, los estrógenos detienen su crecimiento y estabilizan su concentración sanguínea. Hay un ligero aumento de la temperatura corporal y algunas mujeres tienen dolores asociados a la ovulación. Mínimos, pero que pueden causar molestias. Por lo tanto, se prefiere volver a reducir la carga de entrenamiento al 60 %.

Fase posovulatoria: tras la ovulación sobreviene un período de prevalencia de la progesterona, entre los días 17 y 24 del ciclo menstrual normal. Vuelve el bienestar general con una mayor respuesta a las cargas altas de entrenamiento. Los pulmones son capaces de manejar un volumen considerable de oxígeno, por lo que se puede llevar la intensidad de nuevo a más del 75 %.

Fase premenstrual: los 3-5 días antes de la nueva menstruación son el final del ciclo en curso y el entrenamiento se vuelve dificultoso. Las jugadoras tienen una respuesta baja a las cargas y el aumento del cortisol trae aparejados algunos síntomas desagradables, como dolores, ansiedad e irritación. La progesterona está en un punto de concentración alto, lo que promueve el catabolismo, es decir, la destrucción de algunos tejidos. Como la fatiga puede aparecer de inmediato, los volúmenes de entrenamiento se reducen a menos del 60 %.

Las hormonas y las lesiones

La consideración del ciclo menstrual en el fútbol femenino también implica conocer si las jugadoras son más susceptibles a lesionarse en determinados momentos. Para los clubes de élite esto es clave. La baja de una atleta significa una pérdida gigante.

Un estudio reciente publicado en Frontiers in Sports and Active Living analizó 156 lesiones de jugadoras de fútbol femenino profesional durante 4 años. Y relacionó el momento de ocurrencia de las mismas con la fase del ciclo menstrual en la que se encontraban las atletas.

Los resultados fueron contundentes: las jugadoras tienen el doble de riesgo de lesionarse un tendón cuando atraviesan los días inmediatos a la ovulación. Esto podría establecerse, aproximadamente, entre los días 11 al 14.

Además, los investigadores también encontraron que la fase premenstrual es de riesgo (días 25 al 28). Aunque en menor medida.

El mayor riesgo preovulatorio se atribuye a la acción de los estrógenos. Estas hormonas potencian el rendimiento de las jugadoras, pero también aumentan la elasticidad de los tendones y contribuyen a la sobrecarga que la mujer puede efectuar, sintiéndose en condiciones de entrenar más.

¿Tiene aplicación práctica en el fútbol femenino el conocimiento del ciclo menstrual?

Las selecciones de fútbol femenino ya aplican lo que sabemos sobre el ciclo menstrual y el rendimiento deportivo. También lo hacen los grandes clubes profesionales del mundo.

El algoritmo FitrWoman ®, por ejemplo, que popularizó la selección femenina de fútbol de Estados Unidos, fue comprado por otros equipos para adecuar los entrenamientos a cada jugadora. Este programa informático propone rutinas especiales para cada momento del ciclo y los preparadores físicos pueden tener un registro de toda su plantilla para dar sesiones diferenciadas.

Sin dudas, este conocimiento de la medicina del deporte viene a revolucionar las prácticas del fútbol femenino. Ya no basta con que la atleta descanse durante la regla o que haga menos ejercicio si tiene dolores.

Hoy se pretende potenciar el rendimiento de la mujer en el deporte para que las variaciones hormonales se usen a su favor y no en contra. Se rompe un tabú y se abre la puerta para que las jugadoras tengan un mes completo de mejora física.