La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ordenó la revisión de los aviones Boeing 737 Max-9, luego de que ayer un avión de este tipo, perteneciente a Alaska Airways, presentó fallas durante un vuelo.
En el País, Aeroméxico dejará desde hoy 19 aviones en tierra para su revisión, ya que la FAA exigió que se realicen inspecciones inmediatas a este tipo de aeronaves antes de que puedan volver a volar.
“En concordancia con lo indicado por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), Aeroméxico mantendrá en tierra sus aviones B737 MAX-9 hasta que pasen por el debido proceso de revisión”, dijo en un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Asimismo, detalló que la inspección de su flota Max-9 concluirá a la mayor brevedad para continuar con las operaciones programadas.
Actualmente, Grupo Aeroméxico cuenta con una flota de 153 equipos, de los cuales 19 son MAX-9, que tienen una capacidad de aproximadamente 170 pasajeros cada uno. Dichas aeronaves las utilizan para operar rutas en México, Estados Unidos, Canadá y Centroamérica.
“Seguiremos trabajando coordinados con Boeing, así como con las autoridades competentes.
“Mantendremos informados a nuestros clientes en caso de cualquier actualización. Para Aeroméxico, la principal prioridad es la seguridad de clientes y colaboradores”, dijo en la misiva.
Con la decisión de la FAA miles de pasajeros en todo el mundo podrían verse afectados con cambios o cancelaciones de sus vuelos, justo en la temporada donde muchos viajeros regresan a sus lugares de origen tras las festividades de Navidad y Fin de Año.
De acuerdo con la FAA, se afectará la Operación de a aproximadamente 171 aviones de este modelo que operan a nivel mundial.
“La Directiva de Aeronavegabilidad de Emergencia (EAD) exige que los operadores inspeccionen las aeronaves afectadas antes de continuar con el vuelo. Las inspecciones requeridas durarán entre cuatro y ocho horas por avión”, señaló en la misiva la FAA.
El viernes una sección del fuselaje del avión de Alaska Airlines, en el que viajaban 171 pasajeros y seis miembros de la tripulación, explotó poco después del despegue.