A pesar de que en los últimos años el salario mínimo ha registrado incrementos históricos, el poder adquisitivo de los trabajadores no ha mejorado como se esperaba. El principal motivo es el encarecimiento sostenido de los productos que integran la canasta básica.

Leopoldo Gámez de León, ex secretario general del Sindicato de Telefonistas y actual dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), señaló que aunque se han logrado avances en materia salarial, estos se ven neutralizados por el aumento constante en los precios de alimentos y productos esenciales.

“No es posible que un kilo de aguacate ande entre los 80 y los 100 pesos, la carne también está muy cara. Así no se puede”, advirtió.

Desde la UNT, dijo, se ha impulsado que los trabajadores perciban al menos el equivalente a dos salarios mínimos. Sin embargo, reconoció que sin políticas públicas que ayuden a contener la inflación en productos básicos, los aumentos salariales pierden efectividad.

“Necesitamos que el gobierno nos ayude. No se trata solamente de subir sueldos, también hay que buscar estrategias para frenar el alza en la canasta básica”, subrayó.

Actualmente, el salario mínimo es de 279 pesos diarios, una cifra que, aunque representa un avance, sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia.
De cara al próximo ajuste salarial previsto en enero, Gámez de León confió en que el gobierno federal no solo impulse un aumento significativo, sino que también implemente medidas que garanticen una mejora real en la calidad de vida de los trabajadores.