El Canciller Marcelo Ebrard anunció a senadores que el Gobierno presentará una segunda denuncia -y las que sean necesarias- contra el tráfico de armas en Estados Unidos.
A fines de septiembre, un juez federal de Boston desechó la demanda del Gobierno mexicano contra siete fabricantes y un distribuidor de armas de Estados Unidos, a los que pretendió hacer corresponsables de la violencia que sacude al país.
Ebrard explicó que la demanda será presentada el 10 de octubre en Arizona, con base en la nueva disposición legal de Estados Unidos, que establece que es un delito el que un prestanombres introduzca armas a un país donde están prohibidas. “Y si es necesario presentar una tercera, lo vamos a hacer. Y si es necesaria presentar una cuarta, también”, repuso.
El Secretario desahogó una cómoda comparecencia ante el Senado. Los mayores cuestionamientos tuvieron que ver con la crisis que arrastra Nicaragua. “No podemos romper relaciones”, alegó.
“Salió muy bien”, le dijo el coordinador de Morena, Ricardo Monreal, tomando del brazo al Canciller cuando abandonaba el pleno. El grueso de los parlamentarios obsequió al aspirante presidencial un largo y sonoro aplauso.
Marcelo Ebrard acallaría a los que pensaban que México entraría en conflicto con los Estados Unidos “por la serie de medidas que México ha venido tomando, que forman parte de la cuarta transformación y de su propuesta política.
“La apuesta era que tiene que haber un conflicto con Estados Unidos. Lo cierto es que no hay tal conflicto. (…) Hay ocasiones en que tenemos diferencias en las posiciones políticas, (pero) el arte de la política exterior de México respecto a Estados Unidos es que al mismo tiempo tengamos una integración económica creciente, que México pueda preservar su independencia y soberanía.”
Durante la ronda de preguntas, el senador Germán Martínez exigió al Canciller que México condenara al Gobierno que encabeza en Nicaragua Daniel Ortega
“Le pido una mano para el pueblo adolorido por ese Gobierno de Nicaragua. No vale que diga que la autodeterminación, no vale que diga que la no intervención”, planteó el parlamentario.
“Por la memoria de Ernesto Cardenal (poeta), le suplico que México condene a ese Gobierno, que no es de izquierda. Si usted fuera Presidente de México, ¿rompería relaciones con un país que viola los derechos humanos como Nicaragua?”, enfatizó.
La priista Claudia Ruiz Massieu dejó de manifiesto su preocupación por el hecho de que el Canciller utilizara “las relaciones exteriores del país en ocasiones como instrumento de propaganda electoral y no como un engranaje del Estado”.
Con Nicaragua, dijo el Secretario, “tenemos una relación más distante y difícil, “pero no para romper relaciones. La opción de romper relaciones hoy no la tenemos como una opción de corto plazo, porque, además de las razones de nuestra tradición diplomática, tendríamos que romper con muchos países en donde hubiese violaciones a derechos humanos”.
El Canciller negó que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, haya amenazado a México con prohibir el envío de remesas.
“No es cierto. El Secretario Blinken nunca hizo una formulación de esa naturaleza; lo sabría, no lo hizo ni en público ni en privado”, sostuvo.