Victoria, Tamaulipas.– La dinámica migratoria en la frontera norte está cambiando, cada vez son menos los migrantes que buscan cruzar a Estados Unidos y más los que eligen quedarse en México.

Tamaulipas se ha convertido en uno de los principales destinos de ese nuevo flujo, de acuerdo con el director del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM), Juan José Rodríguez Alvarado.

El funcionario reconoce que el fenómeno representa un cambio histórico, pero también un reto institucional y social para los Estados fronterizos, donde el crecimiento de población migrante está generando nuevas necesidades en materia de vivienda, empleo, educación y servicios básicos.

“Ya México no es solo un país de tránsito. Muchos migrantes están encontrando aquí la oportunidad de desarrollo que antes buscaban en Estados Unidos”, señaló Rodríguez Alvarado.

En ciudades como Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, el Instituto ha identificado un aumento de personas que deciden establecerse, en su mayoría provenientes de países de Centroamérica o de otros Estados de México.

Según Rodríguez Alvarado, los flujos tradicionales se han invertido, ya que mientras la migración en tránsito disminuye, crece la cifra de quienes optan por radicar en el estado.

“La gente que antes pasaba por Tamaulipas ahora busca quedarse. En los registros tenemos entre 9 y 11 mil tamaulipecos repatriados cada año, pero el número de connacionales de otras entidades que deciden establecerse aquí ya es mayor”, explicó.

Aunque la permanencia de migrantes puede significar una aportación económica y laboral, también plantea presiones urbanas para los municipios fronterizos, donde la demanda de vivienda y servicios públicos va en aumento.

El titular del ITM advirtió que el fenómeno requiere planeación y políticas públicas claras para evitar que los asentamientos informales o la precariedad laboral se conviertan en nuevos focos de vulnerabilidad.

“El riesgo no es que lleguen, sino no estar preparados para atenderlos”, admitió.

El endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos, la desinformación y el temor a redadas han desalentado los intentos de cruce.

Según los datos del Instituto, actualmente menos de 200 personas permanecen varadas en la frontera tamaulipeca, cuando en años anteriores se registraban hasta 30 mil.

Para muchos migrantes, México se ha convertido en un plan B más accesible y seguro, aunque no exento de dificultades.

“La migración es una necesidad humana que no desaparece. Lo que cambia es el destino”, reconoció Rodríguez Alvarado.