Desde el pasado 1 de mayo y hasta el 30 de junio, quedó oficialmente prohibida la captura de tiburones en aguas del Golfo frente a Tamaulipas, como parte de la veda anual impuesta por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).

La medida tiene como objetivo evitar la sobreexplotación de diversas especies, proteger los periodos reproductivos y asegurar la sostenibilidad de una pesquería clave para el estado, que opera con 539 embarcaciones menores, propiedad de 20 cooperativas pesqueras y 23 permisionarios.

Conapesca subraya que la pesca de tiburón representa una actividad estratégica por su valor económico, alimentario, ecológico y turístico. En Tamaulipas, esta práctica no solo sostiene a cientos de familias, sino que coloca al estado como el segundo productor nacional de cazón , una variedad de tiburón de menor tamaño con el 17% del volumen total del país.

Durante la veda, no podrán capturarse especies como Rhizoprionodon terraenovae, Carcharhinus limbatus y Sphyrna lewini, entre otras, que habitan principalmente en las aguas del litoral tamaulipeco.

México alberga más de 100 especies de tiburón, 73 de las cuales se localizan en el Golfo de México y el Mar Caribe. De estas, 23 tienen importancia comercial directa.

Aunque Tamaulipas apenas aporta el 2% de la producción nacional total de tiburón, la actividad es esencial para comunidades pesqueras del norte del país, que esperan cada año el fin del periodo de restricción para reactivar la cadena productiva: desde la captura hasta la exportación.

La veda, que concluirá el 1 de julio, busca dar un respiro a los ecosistemas marinos y garantizar que la pesca del tiburón pueda continuar en el futuro sin comprometer su equilibrio natural.