La diputada de Morena, Francisca Castrburoo Armenta, encendió el debate en el Congreso local al presentar una propuesta de ley que prohibiría la venta y distribución de comida chatarra y refrescos dentro de las oficinas estatales y hospitales públicos de Tamaulipas.
Con esta iniciativa, se pretende cerrar el paso a bebidas azucaradas, energizantes, dulces, frituras y productos ultraprocesados en dependencias del Gobierno y en instituciones de salud, buscando frenar el preocupante avance de la obesidad y las enfermedades crónicas en la entidad.
No obstante, representantes sindicales y trabajadores del Gobierno del Estado advirtieron que una medida de este tipo debe ser previamente consensuada con el SUSPET (Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Tamaulipas) y con los propios empleados, antes de que se lleve al pleno legislativo.
Señalan que la alimentación en los centros de trabajo también depende de los horarios, la carga laboral y las condiciones del personal, por lo que una prohibición total podría generar inconformidades si no se acompaña de alternativas saludables y accesibles dentro de las dependencias.
“Estamos de acuerdo en promover hábitos sanos, pero antes de prohibir se tiene que escuchar a los trabajadores; no se puede legislar sobre sus espacios sin tomarlos en cuenta”, expresaron integrantes de este organismo sindical.
De aprobarse la reforma, la Secretaría de Salud estatal tendría la responsabilidad de vigilar y sancionar su cumplimiento, además de promover la instalación de opciones saludables en los centros de trabajo y atención médica.
La propuesta ha causado revuelo entre empleados y ciudadanos: mientras algunos celebran el intento de fomentar una cultura más sana, otros se quejan de que “ni una coquita para aguantar el turno” será permitida.
Con esta iniciativa, el Congreso de Tamaulipas podría convertirse en el primero en México en declarar “zonas libres de comida chatarra” a todas las oficinas de Gobierno, aunque su implementación dependerá del consenso con el SUSPET y la voluntad de los propios trabajadores.