Tamaulipas vive una recuperación parcial en sus principales cuerpos de agua tras el paso de la tormenta tropical Barry, pero la amenaza de sequía sigue latente en el norte del estado, donde el panorama es alarmante.
El secretario de Recursos Hidráulicos del Estado, Raúl Quiroga Álvarez, reveló que la presa Emilio Portes Gil alcanzó el 100% de su capacidad, una noticia que genera alivio temporal en el sur del estado. Sin embargo, otras presas no corrieron con la misma suerte.
El propio funcionario advirtió que sólo un fenómeno hidrometeorológico extraordinario, capaz de generar más de 7 mil millones de metros cúbicos de agua, podría llenar los vasos internacionales en el norte y revertir esta crisis.
La presa Ramiro Caballero continúa recibiendo aportaciones hídricas, pero no puede llenarse completamente debido a severos daños estructurales en su canal alimentador, lo que impide que el agua llegue en su totalidad.
En tanto, la presa Vicente Guerreros presentó un repunte mínimo, ubicándose en 60% de su capacidad, con aportaciones constantes, pero insuficientes para revertir el rezago hídrico acumulado.
La situación se vuelve crítica en el norte. Según Quiroga Álvarez, no hubo aportaciones relevantes en la cuenca del río San Juan ni en las presas internacionales, lo que mantiene a esa región en una emergencia hídrica.
Peor aún, el déficit de agua acumulado por más de cinco años y la deuda con Estados Unidos colocan a la zona norte del estado con atención prioritaria.