En la recta final por la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas aparece un nombre con peso propio: Jesús Eduardo Govea Orozco, actual fiscal anticorrupción del estado y uno de los tres finalistas del proceso de selección.
Su perfil no es político. Es operativo. Durante su paso por la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, Govea construyó expedientes, no discursos. En sus manos han avanzado procesos penales contra más de veinte exfuncionarios, entre ellos exalcaldes y exsecretarios de gobierno.
Eso lo colocó en la terna.
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Tamaulipas y con estudios de maestría en Derecho, Govea Orozco ha transitado por todas las capas del sistema penal: fue agente del Ministerio Público, dirigió áreas clave de investigación y encabezó la implementación del sistema penal acusatorio en Tamaulipas.
No llegó por recomendación. Llegó por expediente.
Desde la FECC, reabrió carpetas que llevaban años congeladas, desempolvó investigaciones incómodas y encendió alarmas donde antes había silencio. Para muchos, su postulación representa la posibilidad de que la Fiscalía General deje de ser un botín político… y empiece a ser una institución de justicia real.
“La Fiscalía debe trabajar con evidencia, no con consigna”, ha dicho Govea Orozco. “Y la corrupción debe perseguirse aunque incomode”.
El proceso avanza en el Congreso mientras crece la presión ciudadana. La sociedad exige procuradores, no negociadores. Resultados, no simulación.
Si es designado, Jesús Govea Orozco asumirá la institución más delicada del estado: investigar corrupción, enfrentar al crimen organizado y devolverle confianza a una justicia que, para muchos, lleva años en deuda.
La decisión está por tomarse.
Y esta vez, no es una vacante más. Es el futuro de la justicia en Tamaulipas.