A pesar de ser una medida con buenas intenciones, la prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas de educación básica en Tamaulipas no ha tenido los efectos esperados y a menos de dos semanas de su implementación, los estudiantes no están aceptando los alimentos saludables.

Lo anterior ha provocado que al menos el 80% de las más de 3 mil cooperativas escolares registren bajas ventas, señaló Miguel Ángel Tovar Tapia, presidente de la Sociedad Estatal de Maestros y Padres de Familia, quien dijo que la iniciativa careció de planeación. “Se vislumbra un posible fracaso de este proyecto”, expresó.

Gran parte de este problema también se atribuye a que no se consideraron los contextos económicos de las familias. En muchos hogares, los ingresos no son suficientes para cubrir una canasta básica completa, lo que lleva a que algunos niños no estén familiarizados con el consumo de frutas y verduras, lo que, a su vez, provoca su rechazo hacia estos alimentos.
La crisis también afecta a las direcciones de las escuelas, que dependen de estos ingresos para la compra de materiales, limpieza y apoyo a supervisiones escolares.