Lo que comenzó como un acto de rapiña tras la volcadura de un tráiler cargado de aguacates en la carretera Rumbo Nuevo, ha encendido las alarmas entre comerciantes locales por el riesgo sanitario que representa el consumo de este producto.

El accidente ocurrió este domingo en el kilómetro 14 de dicha carretera, cuando el conductor de un tractocamión perdió el control de la unidad a causa del exceso de velocidad y una mala maniobra, provocando que el vehículo impactara contra el talud y volcara. La carga de aguacates quedó esparcida en el pavimento, lo que dio pie a que decenas de personas, tanto de comunidades cercanas como de Ciudad Victoria, acudieran a recoger el fruto antes de que las autoridades pudieran controlar la escena.

Lo que siguió fue una avalancha de publicaciones en los grupos de ventas de Facebook, donde el aguacate recuperado comenzó a ofrecerse hasta en 30 pesos por kilo, cuando su precio normal en mercados y supermercados locales ronda los 60 a los 100 pesos.

Sin embargo, esta “ganga” podría costarle caro a quien la consuma.

“Estos aguacates no maduran correctamente, se pudren por dentro y pueden provocar infecciones estomacales graves”, advirtió Fernando Tovar, presidente de los locatarios del Mercado Argüelles. Explicó que la carga accidentada era transportada en refrigeración como parte de un embarque destinado a Estados Unidos, y al romperse la cadena de frío, el producto quedó inservible para su consumo humano.

“Vienen verdes, refrigerados, y al perder la temperatura adecuada simplemente no completan su maduración. Lo barato sale caro, y en este caso, puede salir muy caro para la salud”, remarcó.

Tovar denunció que esta práctica de recoger mercancía perecedera tras accidentes se ha vuelto cada vez más común en Tamaulipas, especialmente en la carretera Rumbo Nuevo, y representa un riesgo latente para quienes compran productos sin conocer su procedencia ni su estado sanitario.

La carga siniestrada formaba parte de un corredor comercial que conecta los estados productores de aguacate del país —como Michoacán, Guerrero y Colima— con el norte del país y la frontera.

“Reiteramos el llamado a la ciudadanía: no compren productos de rapiña, no hay ninguna garantía de salubridad. Podrían estar llevándose a casa una fruta contaminada que les arruine la salud”, concluyó.