Un ataque atribuido al grupo rebelde M23 dejó al menos 169 civiles muertos en el este de la República Democrática del Congo, según un informe de la Oficina Conjunta de Derechos Humanos de la ONU (UNJHRO) revelado a una agencia informativa. Se trata de una de las agresiones más letales desde el resurgimiento del grupo armado, respaldado por Ruanda.

Las víctimas, en su mayoría agricultores que acampaban en sus campos durante la temporada de arado, fueron atacadas el pasado 9 de julio en el territorio de Rutshuru, en la provincia de Kivu del Norte. Según la ONU, los combatientes del M23 utilizaron tanto armas de fuego como machetes.

El líder del M23, Bertrand Bisimwa, aseguró que investigará los hechos, aunque calificó el reporte como una posible “campaña de desprestigio”. La ofensiva habría sido dirigida contra supuestos miembros de las FDLR, grupo con base en el Congo señalado de incluir remanentes de los responsables del genocidio de Ruanda en 1994.

Aunque la agencia responsable del despacho no logró confirmar de forma independiente la masacre, activistas locales citaron a testigos que describieron el uso brutal de la fuerza contra decenas de personas. La comunidad internacional ha mostrado creciente preocupación por el avance del M23 y la escalada de violencia.

El informe de la ONU surge mientras se intenta reactivar los diálogos de paz entre Congo y Ruanda, un proceso respaldado por Estados Unidos, que busca estabilizar la región y facilitar inversiones multimillonarias en la industria minera del país africano.