El gobierno interino de Haití le pidió a Estados Unidos y a la ONU que le envíen tropas de apoyo para proteger instalaciones cruciales de infraestructura, mientras intenta estabilizar el país y preparar unas elecciones tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse.
En medio de la confusión, cientos de haitianos se reunieron frente a la embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe pidiendo salir del país. Las mujeres llevaban bebés y los hombres jóvenes agitaban pasaportes y tarjetas de identificación mientras gritaban: ”¡Refugio!” y ”¡Ayuda!”.
“Definitivamente necesitamos auxilio y le hemos pedido a nuestros socios internacionales que nos ayuden”, dijo el primer ministro interino Claude Joseph en una entrevista telefónica, sin dar más detalles.
La sorprendente solicitud de apoyo militar hizo recordar el tumulto que siguió al último asesinato presidencial de Haití, en 1915, cuando una turba enfurecida arrastró al presidente Vilbrun Guillaume Sam fuera de la embajada francesa y lo golpeó hasta matarlo.
En respuesta, el presidente Woodrow Wilson envió marines a Haití, justificando la ocupación militar estadounidense, que duró casi dos décadas, como una forma de evitar la anarquía.
La solicitud fue recibida pero no ha habido una decisión; el gobierno del presidente Joe Biden no ha dado hasta ahora indicios de que proporcionará asistencia militar.
En tanto, Martine Moïse, viuda de Jovenel Moïse, hizo ayer sus primeras declaraciones públicas desde el ataque, dijo que los asesinos de su esposo habían sido enviados por personas que estaban disgustadas con los planes de proporcionar “carreteras, agua y electricidad, un referéndum (constitucional) y elecciones para finales de año”.
El primer ministro interino, Claude Joseph, dice que sigue al mando del país, pero un grupo de senadores respaldan instalar al líder del Senado, Joseph Lambert, como presidente provisional, con Ariel Henry como primer ministro.