La elección del próximo líder de la Iglesia Católica ha comenzado. Los 133 cardenales con derecho a voto se encerraron este miércoles en la Capilla Sixtina, dando inicio oficial al cónclave que designará al sucesor del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.

La ceremonia de clausura fue dirigida por el maestro de Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, quien, siguiendo el protocolo, pronunció el tradicional “Extra omnes” en latín para solicitar la salida de todos los no participantes. Acto seguido, Ravelli cerró las emblemáticas puertas de madera de la capilla a las 17:46 horas locales, bajo la custodia de los guardias suizos.

Tras la salida de todos los ajenos, los cardenales escucharon una meditación a cargo del predicador Raniero Cantalamessa, antes de quedarse completamente aislados para iniciar las votaciones. Según las normas vaticanas, el nuevo pontífice deberá obtener al menos 89 votos, es decir, dos tercios de los presentes.

Se espera que este mismo día realicen la primera votación. El resultado será comunicado al mundo mediante la tradicional fumata: humo blanco indicará que se ha elegido al nuevo papa, mientras que el humo negro señalará que aún no hay consenso.

En caso de no lograr acuerdo hoy, el cónclave continuará con hasta cuatro votaciones diarias en jornadas sucesivas. Los cardenales permanecerán dentro de los límites del Vaticano durante todo el proceso, bajo estrictas medidas de incomunicación para garantizar la confidencialidad de la elección. El mundo aguarda atento la señal que anunciará la llegada de un nuevo pontífice.