SAN LUIS POTOSÍ, SLP.- La llegada de Marilyn Manson a San Luis Potosí estuvo acompañada desde un inicio por un fuerte debate social. La Iglesia católica, a través del arzobispo Jorge Alberto Cavazos, manifestó su preocupación por el posible impacto negativo que el concierto podría tener en la juventud local, señalando los temas oscuros y provocativos del cantante como una mala influencia. La Unión Nacional de Padres de Familia se sumó a la protesta, reuniendo miles de firmas para pedir la cancelación del evento.

En un acto que generó aún más controversia, la tarde del domingo se colocó una cabeza de vaca frente a la Catedral de San Luis Potosí, en un aparente guiño a rituales satánicos que suelen vincularse con la imagen pública de Manson y su propuesta artística.

Sin embargo, todas estas manifestaciones no lograron detener la realización del concierto, que tuvo lugar en el Teatro del Pueblo dentro de la Feria Nacional Potosina (Fenapo). El recinto estuvo abarrotado desde horas antes, con fans acampando desde el jueves para asegurar los mejores lugares y vivir de cerca el espectáculo del intérprete de “The Dope Show”.

La producción artística destacó por un show compacto, que duró poco más de una hora, con luces en forma de cruces de Lorena invertidas —un símbolo recurrente en la discografía y estética de Manson— y una atmósfera que combinó teatralidad, oscuridad y crítica social. Los asistentes cantaron y corearon éxitos como “Disposable Teens”, “Long Hard Road Out of Hell”, “As Sick as the Secrets Within” y “Sweet Dreams (Are Made of This)”.

Previo al concierto, el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, se reunió con Marilyn Manson y le entregó un obsequio, gesto que simbolizó el respaldo oficial pese a la controversia. En las pantallas gigantes se proyectó un video que recordó un episodio histórico similar: la cancelación en 1989 de un concierto de Black Sabbath en San Luis Potosí por presiones religiosas, estableciendo un paralelismo con la polémica actual.

La presentación del cantante estadounidense refleja un contexto cultural donde la música y el arte continúan siendo espacios de conflicto entre sectores conservadores y expresiones artísticas contemporáneas que desafían normas sociales.

Marilyn Manson, quien ha sido un personaje polémico desde los años 90, no solo por su música sino por su imagen y mensajes provocativos, no parece detener su camino en México. Su próximo concierto está programado para el 6 de diciembre en el Knofest de la Ciudad de México, donde seguramente volverá a ser foco de atención y debate.

Este episodio en San Luis Potosí demuestra la persistente tensión entre la libertad artística y la sensibilidad social, un choque que ha definido parte importante de la historia cultural mexicana y que, a pesar del tiempo, sigue vigente.