MONTERREY, N.L. – Aquí nadie pecó de santo. Desde que aparecieron los cuernos rojos en el escenario, quedó claro que la noche sería de provocación, poder y catarsis. Julieta Emilia Cazzuchelli, mejor conocida como Cazzu, encendió el Auditorio Banamex ante más de 7 mil espectadores con un espectáculo que fusionó trap, reguetón, bachata y tango en una puesta en escena teatral y sensual.
Con su gira “Latinaje en vivo”, la cantante argentina mostró todas sus facetas: la mujer fuerte y resiliente, la madre amorosa, la artista desafiante y la figura sensual que domina el escenario. Acompañada por cuatro bailarines, actuó y cantó sus emociones al ritmo de temas como “Dolce”, “Piénsame”, “Mala suerte”, “Balada malvada”, “Engreído”, “Nena trampa” y “Mucha data”.
A las 21:20 horas, Cazzu apareció entre gritos y luces rojas, recibiendo un cariño que la conmovió profundamente. “Gracias por haber venido hasta acá a compartir conmigo. En Argentina ya es Día de las Madres, y quiero dedicar este concierto a todas las mamás presentes, a la mía que me acompaña y a todas las mujeres de mi familia”, dijo emocionada.
Durante dos horas, el público cantó, bailó y celebró cada interpretación. El momento más tierno llegó con “Inti”, canción dedicada a su hija de dos años, cuando los asistentes levantaron globos y soles amarillos.
“Desde que me convertí en mamá entendí que puedo ser muchas cosas: dulce, enojada, sensual. Puedo serlo todo, sin dejar de ser mamá”, confesó la artista.
Entre luces, fuego y ritmo latino, Cazzu convirtió su show en un manifiesto de autenticidad y poder femenino. Vulnerable y feroz, agradecida y provocadora, la artista dejó claro que, en su escenario, no hay espacio para la culpa ni para la censura: solo para ser y arder.