La lucha interna por conseguir el liderazgo priista en el Estado dejará más descalabros que beneficios y es que los aspirantes andan re filosos contra sus propios compañeros cuando este tipo de actitudes deberían de tomarlas, pero contra sus verdaderos adversarios que hoy llevan un paso más adelante siendo gobierno.
Enrique Arreola, de los más publicitados para dirigir al partido se la ha pasado convocando ruedas de prensa y apareciendo de la nada por aquí y por allá con tal de ganar reflectores.
En un evento al que convocó a través a los medios de comunicación, advirtió que presentaría una denuncia formal en contra del nuevo gobierno por los cientos de miles de despidos de burócratas que han detectado simpatizan con el partido político que el pretende dirigir; en un acto que difundió también a través de la publicidad ofrecida en redes sociales invitó a los priistas desempleados a acercarse para garantizar su voto y después buscar apoyarlos.
Criticó las aspiraciones paralelas de antiguos personajes como Oscar Luebbert Gutiérrez a quien calificó como viejo dinosaurio que pretende impedir el desarrollo de los jovenzuelos inocentes como él, además de irse también contra el delegado de la SEDATU, Sergio Guajardo Maldonado por proyectar su imagen al interior del partido con recursos públicos y en horario de trabajo. Osease, trae para todos.
Por cierto, llamó la atención de los presentes cuando en un acto contradictorio dijo que trabajaría de la mano con el actual mandamás, el panista Cabeza de Vaca, por lo que muchos nos seguimos preguntando ¿Qué habrá querido decir? Hablando de…. El que apareció de un día para otro en redes sociales fue el derrotado priista a la gubernatura Baltazar Hinojosa Ochoa. El ex candidato subió una historia a su cuenta de Instagram en donde se le ve de espaldas rockeando mientras viaja de copiloto en carretera.
Por los rumbos del PAN-Gobierno está fuerte la consigna contra la alcaldesa, también panista, Maki Ortiz Domínguez. Este martes sorprendió el operativo para detener, en pleno palacio municipal y en horario de trabajo al Secretario Técnico del ayuntamiento por presunta falsificación de documentos oficiales.
Horas más tarde el funcionario salió libre tras rendir su declaración ministerial sin embargo el bochornoso momento y la intención no se olvida. Todo viene a raíz de lo que desató el escándalo en aquella importante ciudad fronteriza entre la alcaldesa Maki Ortiz y Carlos García, líder del Congreso quien a través del órgano legislativo logró tumbarle la designación de varios de sus funcionarios por haber infringido la ley al momento de su nombramiento, papeleo que presuntamente trató de ocultar el secretario técnico y por el que está siendo investigado.
Vale la pena mencionar que Maki no es la única perseguida y observada panista de los últimos tiempos, lo mismo están siendo los ex alcaldes Lety Salazar y Carlos Canturosas de Matamoros y Nuevo Laredo cuyas cuentas rebotaron al auditor pasado y pidieron sean revisadas por el nuevo Jorge Espino Ascanio; el común denominador de los tres es que cada uno de ellos manifestó en su momento su deseo de convertirse en candidatos del PAN a la gubernatura del Estado, anhelo que no llegaron a concretar en este último proceso.
Ya que hablamos de Reynosa, que terrible historia se registró cuando al negarse a detener su marcha para robarle su camioneta, sujetos dispararon contra los conductores de una unidad donde viajaba un niño de 7 años quien murió al recibir varios impactos de bala en la cabeza.
Quién hubiera pensado que la vida de un pequeño inocente ser pudiera verse apagada por los impactos de un arma de fuego a su corta edad, sin embargo, tragedias como éstas se están haciendo cada vez más comunes en este querido pueblo.
Por otro lado, en Victoria, no cantamos mal las rancheras, solo que acá los temas se manejan más sigilosamente que en la frontera, incluso a través de las redes sociales, mientras que autoridades competentes no han emitido comunicado alguno.
Volviendo al gobierno del Estado, vaya revuelo han causado las recientes decisiones tomadas por los altos funcionarios públicos. Primero fue el anuncio de sanciones para quien no portara el uniforme, después los zapatos de tacón y ahora, dicen, hasta las minifaldas, según versiones de pasillo en más de una secretaría.
Los nuevos burócratas no se quieren desconcentrar con atuendos provocativos por lo que además de exigirles la playera con el nuevo logotipo azul-verde del gobierno del Estado, las quieren a todas recataditas, tapaditas y chaparritas, sin nada que los distraiga de sus labores.
A ver si así de estrictos se ponen con todo, no nada más de dientes para afuera. Intachables por fuera pero también por dentro.
Que Dios lo bendiga, gracias.