A veces la ciudadanía no entiende cual es la función de algunos servidores públicos que se encuentran en una determinada nómina: si cobran como inspectores, deben inspeccionar, igual que si son auditores deben revisar lo referente a las auditorías que reclama su cargo.
En Tránsito es igual. Deben procurar eficiencia y agilidad en la vialidad cotidiana, lo que definitivamente no sucede en nuestra muy querida y lastimada capital tamaulipeca.
Sucede que uno de los puntos neurálgicos sigue siendo el paso entre el Paseo Pedro J. Méndez y hacia la Loma, específicamente, a la Universidad Autónoma de Tamaulipas y al Instituto Mexicano del Seguro Social.
Por las mañanas se dispone de hasta tres elementos de tránsito que no han sabido interpretar las necesidades ciudadanas. Pasan los trienios y en son de broma y en serio la gente pide que no manden tránsitos, porque tanto ahí como en la entrada del Centro Universitario han resultado muy buenos… para entorpecer más la vialidad.
Veamos: a la altura del colegio Antonio Repiso hay dos carriles: uno se usa para el Colegio Repiso y el otro para subir a la UAT y puntos cercanos. La lógica dice que los que van al oriente deben tomar el carril izquierdo, y los que subimos todos los días, el carril poniente, es decir, el que está pegado a la banqueta, por si no entendieron los expertos de Tránsito.
Los elementos que mandan son incapaces de exigir a la gente que llega al Repiso que se pegue a su carril izquierdo, por miedo a ser regañados ante muchas muestras de un influyentismo enfermizo; no son capaces de ordenar a los que van a un lado y a otro, lo que podría aliviar en un 75 por ciento los congestionamientos, según expertos que sí saben del tema.
Es tan sencillo…
Pero insisten en estar parados con torreta funcionando, que molesta y lastima la vista, con una lamparita de Led que mueven como si estuvieran espantando moscas en carne asada, y no levantan la voz para nada.
No ordenan, no se imponen, y por eso estamos como estamos.
10 o 15 minutos en menos de 200 metros de calle, es inverosímil, indeseable, ilógico y fuera de todo contexto.
Entonces, la ineficiencia de los jóvenes de la “pìstolita” no funciona.
Ya que pasan las horas de entrada, se apostan en el Boulevard con su pistolita para cachar a quienes vienen bajando a más de 50 kilómetros por hora.
No lo hacen con vehículos de lujo por lógica, porque cuidan su trabajo y vivimos en una ciudad donde el influyentismo es groseramente proliferativo.
Y los ciudadanos de Victoria estamos ahogados, ahogados en un tráfico que ofende, y enoja porque nadie es capaz de mostrar una solución.
Que porque es hora de entrada… que porque es la de salida… todos los pretextos se presentan, pero ley hay una y es la que debiera respetarse y exigir su cumplimiento, así de claro.
Urge alguien que tenga los arrestos necesarios para meter orden y que esté apoyado por las autoridades municipales y estatales, porque el charoleo está a la orden del día, y se ve en casi todas escuelas, donde la apatía ciudadana hace “click” con la de las autoridades “competentes”.
Tendríamos que hacer algo todos unidos, y en ese sentido, sacar sus blocks de infracciones y darle vuelo a la pluma, como hacen los de los estacionómetros que ya no respetan nada. Hace falta hacer cumplir la ley, sea quien sea el infractor.
Si llevamos a nuestros hijos a la escuela es para que aprendan, y queremos que vivan mejor, pero con los ejemplos de estacionarnos en doble, triple o cuádruple fila, difícilmente los convertiremos en gente de bien.
Llegó la hora de hacer algo enérgico a la voz de ¡YA!
Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com